Emilio Valerio 2011. Un navarro con firma francesa

Coupage de Cabernet Sauvignon, Garnacha y Merlot. Crianza en depósitos de roble francés de 50 y 80 hectolitros y en barricas de 500 litros usadas. Viticultura ecológica. Vendimia manual.

Amigos, esta semana os traemos buenas noticias: al fin hemos conseguido presentaros un vino navarro después de estar mucho tiempo persiguiendo los caldos de esta D.O. sin obtener ninguno que se adecuara a nuestra idiosincrasia «blogueril«. Muchos diréis, y seguramente con algo de razón, que no hemos sabido buscar bien porque hay muy buenos vinos en la Comunidad Foral, pero no podemos probarlo todo porque aún queremos mantener nuestro hígado en buen estado. Con las malas experiencias de las últimas semanas sentíamos la necesidad de quitarnos esa espinita clavada con un tinto navarro que nos reconciliase con esta buena tierra. Y a fe que lo hemos conseguido con este sensacional y complejo vino que nos ha robado el corazón por unos días, y que esperamos que os seduzca al igual que lo ha hecho con nosotros.

Nota de cata del Emilio Valerio 2011.

Se trata de un vino color rojo granate oscuro, de un tono similar a la cereza picota; de buena capa. Para la fase olfativa recomendamos fervientemente que se abra la botella bastante tiempo antes de su consumo. Este peculiar vino sólo se descubre plenamente con paciencia. Al llevárnoslo a la nariz la primera vez nos pareció desagradable la sensación que experimentamos: ciertamente animalesca y cerrada. Tuvimos el buen ojo de dejar la botella abierta bastante rato y cerrarla al vacío hasta el día siguiente. Luego de dejarla un tiempo más abierta, el vino se tornó sensacional, resaltando sus aromas a higos maduros, tanto secos como en licor. Además apreciamos marcadas notas a frutos rojos y matices salinos y minerales. Quedamos extasiados en nariz por la originalidad de tantos aromas y tan bien ensamblados.

En la boca descubrimos un vino con marcada potencia que duerme la lengua embriagándola con notas dulces y frescas de chocolate negro y hierbas aromáticas. Es recio y suave a la vez, muy equilibrado en su acidez sin renunciar a la contundencia. Es un vino que «engancha» y que apetece seguir bebiendo sine die aunque hay que tomárselo con calma porque el vino se disfruta mucho más saboreándolo con quietud y moderación. Además, al beberlo pausadamente descubrimos que este prodigioso caldo iba cambiando de sabor a cada rato, con lo que su degustación se tornó toda una experiencia grata y divertida.

DSC_0055 copyEl enólogo que firma este magnífico vino es el francés Olivier Rivière, nacido en Cognac, y cuyo bautismo de fuego se produjo en la zona de Burdeos. En un momento dado decidió, con muy buen criterio, según nuestra modesta opinión, establecerse en España, donde  aparte de Navarra elabora vinos en La Rioja y en Arlanza como El Quemado, El Basquevanas, o El Gabacho, con el que demostró bastante sentido del humor, algo que parece no estar muy extendido en Francia (perdón a nuestros seguidores franceses, sabéis que os queremos igual). Rivière ha hecho una cosa muy buena en nuestro país: respetar los vinos españoles aportando lo mejor de la viticultura y enología francesa pero desechando los precios que nuestros vecinos del norte ponen a los vinos de calidad. En nuestra opinión, para tomar un buen vino francés hay que pagar una fortuna, y aún así, consideramos que están lejos de la calidad de los vinos españoles, donde los hay muy buenos en casi todo el abanico de precios (perdón de nuevo por el chauvinismo de nuestro comentario; ahora los franceses hemos parecido nosotros). La histórica relación franco-navarra ha vuelto a dar sus frutos. Le seguiremos la pista al amigo Olivier siempre que logremos encontrarle algún día por la piel de toro porque este hombre hace vinos por un montón de lugares y debe ser difícil echarle el guante.

Este poderoso tinto se elabora en la bodega Laderas de Montejurra, situada en la localidad de Dicastillo, la cual se ubica en las laderas del Montejurra en plena comarca de la Tierra de Estella. Allí la familia ha apostado por la viticultura biodinámica y el cuidado del entorno natural como señas de identidad. Cuenta con unas 25 hectáreas de viñedos divididos en unas 15 parcelas pequeñitas. También elaboran aceite de oliva. Tenemos que admitir nuestro desconocimiento del aceite navarro; aún no hemos tenido la suerte de probarlo aunque nos dicen que es de una gran calidad. Prometemos que de este año no pasa.

Damas y caballeros, aquí os hemos mostrado el Emilio Valerio 2011. Ahora os toca a vosotros disfrutarlo. Si seguís nuestras indicaciones descubriréis un vino original, sabroso y económico. Esperemos que tras decir ésto el bodeguero que da nombre a este vino no aproveche para aumentar su precio.

Salud y buenos vinos, amigos.

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