La Encina del Inglés 2013, serrana frescura tinta

Coupage de 30% Cabernet Sauvignon, 25% Garnacha, 25% Tempranillo, 10% Syrah, y 10% Merlot. Crianza del 60% del coupage de seis meses en tina de roble francés Allier de 60 Hl. Viñedos en altura entre 600 y 900 metros.

En este primer post del verano que acaba de comenzar queremos presentaros un vino que tiene tanta frescura que podremos tomarlo un poco más frío de lo que habitualmente solemos hacer con los tintos ya que aprieta el calor de manera brutal por toda España, aspecto que nos desanima un poco a la hora de abrir estos vinos. Pero porque digamos que puede tomarse más fresquito no os penséis que estamos hablando de un vino normalito, más bien al contrario, estamos ante un vino joven repleto de cualidades.

Para entrar en situación nos tenemos que dirigir a la preciosa zona de la Serranía de Ronda para imbuirnos de toda esa atmósfera y naturaleza que se condensan en cada botella de La Encina del Inglés 2013. Este vinazo se origina en una finca de unas doscientas hectáreas situada en un entorno ideal para la crianza de la vid con orientación sur sur-este y altitudes que fluctúan entre 650 y 940 metros. Por si esto no fuera suficiente, la zona cuenta con un nivel de lluvias importante y vientos húmedos provenientes del cercano Atlántico. Como para no hacer un buen vino.

Cata de La Encina del Inglés 2013

Nuestro protagonista es de color granate de media capa que en la nariz es cremoso, puesto que lo primero que notamos es un golpe de nata con frutos del bosque, que al ratito cambia y aparecen aromas florales, laurel y un final balsámico. También nos trajo recuerdos de café de puchero.

La Encina del Ingles 2013

En la boca tiene una entrada ligera con amargor y astringencia que a su paso deja recuerdos sobre todo de arándanos y de bayas de café. Es un vino de paso medio y que cuenta con un agradable retrogusto amargo lleno de viveza y frescura.

Este rondeño combinará perfectamente con carnes asadas o a la brasa así como con queso payoyo curado y embutidos ligeros. Con un arroz campero va de escándalo.

El sueño de una tarde de abril

Sí, amigos, hemos querido hacer referencia a una de las obras más conocidas del genial dramaturgo inglés y enamorado de los vinos del sur de España para titular la manera en la que se gestó el germen de nuestro vino protagonista. Corría la primavera del año 2003 cuando el bodeguero Javier Suqué, presidente del Grupo Perelada, propuso a su primo Jorge Viladomiu Peitx, elaborar vinos diferentes en una zona a encontrar en territorio español. Tras mucho buscar, la respuesta estaba escrita en un libro de 1807 de Simón de Rojas Clemente que se guardaba en la biblioteca familiar. En este volumen se ponderaban las maravillas que albergaba la Serranía de Ronda para la creación de vinos desde los tiempos de los fenicios.

Y esto es así debido a unas condiciones geográficas y climáticas espectaculares, ya mencionadas, para el cultivo de las vides y la obtención de buenos vinos. Los que hemos tenido la suerte de viajar por esta zona entendemos porqué desde los fenicios, pasando por los romanos hasta llegar a los poetas románticos británicos y norteamericanos han alucinado con sus paisajes, sus gentes y sus vinos. Tanto es así que hasta el grandioso, en todos los sentidos, Orson Welles, decidió morir en estos parajes y ser enterrado en la Finca El Recreo de San Cayetano de Ronda, propiedad del que fuera su amigo, el torero Antonio Ordoñez.

Recuperación de la memoria histórica del vino de Ronda

Podría sonar grandilocuente pero los amigos de la Bodega La Melonera se pusieron entre ceja y ceja el objetivo de recuperar las cepas históricas que habían dado fama y raigambre a los vinos de esta zona de la provincia de Málaga que tras el ataque de la filoxera habían quedado cuasi extintos. Entre estas variedades destacan la Tintilla, la Blasco, la Rome y la Melonera. Pero aparte de esta recuperación de la que nos alegramos sobremanera también hay que destacar que el equipo de expertos de la finca se ha ocupado de incluir estas cepas históricas en los registros actuales.

Antes de terminar no queremos olvidarnos de una persona que es parte crucial para que el vino de esta semana sea tan bueno como es. Se trata de la joven enóloga Ana de Castro Rufián que además de hacer grandes vinos es un encanto en el trato personal, como comprobamos en el XV Salón de los Mejores Vinos de España de la Guía Peñín.  

Y por si alguien ha llegado hasta aquí y se pregunta el porqué del nombre del vino, decirle, en primer lugar, que gracias por leer el artículo hasta el final y, en segundo lugar, que este nombre trata de ser un homenaje a todos aquellos viajeros románticos ingleses del Great South Tour que camino a Granada tanta fama dieron a esta zona con sus continuas menciones literarias.

Salud y buenos vinos, amigos.

Cortijo Los Aguilares Rosado 2012. Un rondeño pleno de matices

Coupage de uvas Tempranillo y Petit Verdot. Fermentado a muy baja temperatura. Realizó la maloláctica en depósito. 

Esta semana hemos pensado que como en muchos lugares de España aún está haciendo un relativo buen tiempo (al menos no hace frío) apetece tomarse un buen vino rosado para acompañar un aperitivo o sentarse a la mesa para degustar una buena comida o cena. Pues nada mejor para «refrescar» esos momentos que lanzarse a degüello a por este singular vino de una Denominación de Origen que debuta en el blog y que está creciendo en cantidad y en calidad en los últimos años. Se trata de la D.O. Sierras de Málaga.

Pequeña semblanza histórica de los vinos de Málaga.

En esta preciosa zona geográfica de nuestro variado y rico país (al menos en cultura, biodiversidad, naturaleza y buenas gentes) se viene elaborando vino desde la época en la que los fenicios llegaron a la costa malagueña, allá por el siglo VIII a.C. Posteriormente, griegos y romanos aportaron a los lugareños su sapiencia a la hora de cultivar la vid y de crear vinos. Tanto fue el empeño puesto por los antiguos malagueños, que en el primer cuarto del siglo XIII consiguieron que su vino fuera considerado el «Cardenal de los vinos» al vencer en la conocida como «Batalla de los Vinos» a lo más granado de los caldos franceses y europeos en un concurso auspiciado por el rey de Francia, Felipe Augusto. Puede que este fuera el comienzo del «enamoramiento» que por todo lo español tienen nuestros queridos vecinos del norte.

Pero no solo en Francia triunfaron estos vinos. A finales del siglo XVIII se convirtieron en los preferidos de la emperatriz de todas las Rusias, Catalina II, que como buena alemana debía darle buen ritmo al descorche de botellas de vino en palacio.

¿Y cómo es él? 

Empezaremos diciendo que es un vino bonito. Su color, entre el rosáceo y el anaranjado, invita a su degustación.Los Aguilares 2012 Rosado

En la nariz vamos a sentir la preponderancia de las frutas rojas, tales como fresas y frutos del bosque, pero también vamos a percibir notas de sandía y de melón, así como de bollería y de frutos con hueso.

En la boca nos recuerda a los caramelos de nata y fresa de nuestra niñez, aunque principalmente sentimos la fresa ácida y un pronunciado matiz salino y cítrico. Todo lo que la fase olfativa anunciaba, un vino cargado de fruta, se transforma en la fase gustativa en astringencia cítrica y sequedad con bastante presencia alcohólica, pero todos los aspectos muy bien integrados y equilibrados gracias a su frescura y acidez. Es largo y sabroso; un rosado con clase.

A la hora de combinarlo con algún plato, recomendamos, como no podía ser de otra manera, degustarlo junto a una buena fritura de pescado al estilo del sur de Andalucía (nos encantan las que se realizan en tierras malagueñas y gaditanas).

Solamente hay una cosa que no nos llena de este vino: su etiqueta. La de la anterior añada nos gustaba mucho más. Podéis entender lo bueno que está este vino si el máximo problema que le vemos es su etiqueta.

La bodega Cortijo de los Aguilares aún no ha cumplido ni quince años de vida y ya es una de las punteras de esta Denominación de Origen. Se localiza en el término municipal de Ronda y tiene como bandera la viticultura sin herbicidas ni pesticidas y el buen trabajo de su enóloga, Bibiana García, a la que felicitamos por ser la principal responsable del «tesoro rojo» que hoy os hemos presentado y que aunque resulte paradójico no descubrimos en nuestro deambular por las cercanías de las sierras de Málaga, sino un día en el que un tendero malagueño nos los recomendó por casualidad en Barcelona. Aunque ya sabéis que las casualidades no existen.

Salud y buenos vinos, amigos.