Revolución francesa en La Rioja

Rayos Uva 2012: Tinto joven con crianza. Coupage de Graciano y Tempranillo al 50%. Crianza en depósitos de acero sobre sus lías y posteriormente en fudres* de madera usados. Precio aprox. 9 €.

Gabacho 2011: coupage de Graciano 60% y Tempranillo 40%. Crianza de 9 meses en roble francés, el 10% nuevos, y 3 meses de crianza posterior en fudres de madera usados. Precio aprox. 13 €.Rayos del GabachoEsta semana nos hemos propuesto acercaros la figura del viticultor y enólogo francés Olivier Rivière a través de dos de sus vinos riojanos, Gabacho 2011 y Rayos uva 2012. Nuestros lectores más fieles recordarán que hace algunos meses habíamos recomendado en estas mismas páginas uno de sus excepcionales vinos navarros, el Emilio Valerio 2011. Allí esbozamos algunos apuntes sobre Rivière. En esta nueva entrada del blog pretendemos ahondar en la personalidad y visión del mundo del vino que tiene el creador nacido en Cognac.

Olivier no proviene de una familia relacionada con el vino pero suponemos que la cercanía de su casa a Burdeos pudo influir en la decisión del viticultor de dedicarse a este mundo. Para comenzar su aprendizaje se trasladó a Borgoña y allí se enamoró definitivamente del terruño, de la importancia extrema que los borgoñones le dan al terroir a la hora de «fabricar» sus vinos. Para él Borgoña es mágica, «la cuna del terruño». Suponemos que de esta relación surgió su convencimiento de que sin una buena uva no es posible hacer un buen vino.

Con la maleta llena de lecciones aprendidas dio un paso más y apostó por terminar su formación «vinícola» en España de la mano de la Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez. Como escuchamos decir al propio Rivière en el programa de Radio 3 «Placeres mundanos», «España es el nuevo mundo del viejo mundo», es decir, que nuestro país es el que mayor evolución ha dado al vino en las últimas décadas. De ahí que Olivier apostara decididamente por España para realizar sus vinos.

Los mandamientos del vino de nuestro protagonista.

Un día decidió que iba a hacer vinos en solitario y para ello comenzó con cuatro barricas y mucha ilusión. Apostó desde el principio por la viticultura biodinámica y la honestidad más absoluta. Se hizo con viñedos en altura en Navarra y Arlanza y hace poco tiempo en La Rioja Alavesa. Siempre ha buscado zonas frías para aportar finura y elegancia a sus vinos y ha hecho una clara apuesta por la acidez para que el vino tenga vida. Ha apostado por la recuperación de viñas viejas en España para que el país no pierda sus señas de identidad vinícolas, y cree estar viviendo un sueño y no desea irse de nuestro país. Así somos los españoles, tienen que venir de fuera para decirnos las cosas buenas que tenemos y a cuidar lo que nosotros no hemos sabido, o querido, cuidar.

Aunque en sus inicios decidió ser catador, llegó un momento en que a Olivier le aburrió esta actividad. Lo que le gusta de verdad, su pasión, es trabajar la viña, relacionarse con ella; le imaginamos en cuclillas susurrando a los racimos. Le apasionan las garnachas, la tempranillo y la mazuelo. Apuesta por el cupaje para mejorar los vinos, para aportarles más complejidad. Busca vinos ágiles y frescos, plenos de matices, que no aburran y, sobre todo, que sean vinos para comer. No podemos estar más de acuerdo con estos principios del amigo Rivière.

Cata de los riojanos de Olivier Rivière.

Rayos uva 2012. 

Este vino rojo cereza tiene una nariz floral y muy fresca en la que aparecen aromas a frutos rojos silvestres y a paja cortada. Al llenarnos la boca con él percibimos fresas y cerezas ácidas, así como notas florales. Tiene contundencia alcohólica aunque predomina la frescura. Es de paso medio y moderadamente astringente, con una acidez controlada perfectamente por el autor. Es un vino con espíritu joven, muy diferente a los riojanos que conocimos hasta ahora. Rayos Uva 2012Gabacho 2011. 

Éste es un vino de poca producción de color granate con borde purpúreo. La nariz se nos llena de aromas a higos, a moras, a ciruelas, y a guindas en licor. La madera no se nota en absoluto gracias a la frescura del vino.

Nada más ponerlo en la boca nos llegan notas de fresa ácida a las que le siguen toques de pimienta, de cacao y moka, de cereza y al final una sutil presencia de las guindas en licor cuyo aroma habíamos sentido en la fase olfativa. La madera vuelve a ser ligera. El final es ácido, cítrico, aunque se matiza con la comida, como debe ser.

Podríamos decir que el Gabacho es una evolución del Rayos uva. Ambos vinos son muy recomendables para degustarlos acompañando carnes rojas, guisos de carne o de ave, así como con embutidos ibéricos.Gabacho 2011El viticultor francés demostró un gran sentido del humor al poner este nombre a uno de sus vinos. Hizo escarnio con el apelativo injurioso que les dedicamos a los franceses desde finales del siglo XVII después de la partición de la Cerdaña y de la pérdida del Rosellón tras la derrota española ante Francia en las postrimerías de la Guerra de los Treinta Años. Parece ser que este apelativo se gestó en Cataluña cuando los franceses se hicieron con estas tierras españolas prohibiendo los usos catalanes que sí se permitían en el lado español. El uso despectivo de esta palabra se intensificó de manera exponencial cuando las fuerzas napoleónicas invadieron España en 1808. Rivière decidió bautizar así a su vino porque de esta forma es como le llamaban simpáticamente sus amigos riojanos. Se rumorea que estuvo tentado de llamarle «Puto gabacho», pero al final no se atrevió. Desconocemos si ésto no será una simple leyenda urbana. 

Aunque Olivier Rivière, hombre de carácter terco y perfeccionista, considera que aún no ha hecho el vino de sus sueños, en Vino y se Quedó pensamos que debe de estar muy cerca de conseguirlo.

Salud y buenos vinos, amigos.

*Según eldiccionariodelvino.com, «recipiente de madera con fondo redondo y paredes laterales curvas y gran capacidad (200-300 hl.) utilizado para almacenar y madurar vinos».

Mirabel 2010, sinfonía extremeña de sabores

Coupage de 65% de Tempranillo y 35% de Cabernet Sauvignon. Crianza de 8 meses en barricas de roble francés de segundo uso. Producción limitada de 5.733 botellas. 

Permitidnos que en el post de esta semana comencemos por contar un pequeño cuento muy internacional. Érase una vez un enólogo, viticultor, y bodeguero sudafricano, Anders Vinding-Diers, hijo del afamado enólogo danés Peter Vinding-Diers y primo del no menos famoso Peter Sisseck, autor de uno de los vinos más caros de España, Pingus, que tras aprender todo acerca del vino y de su elaboración de manos de sus familiares decidió un buen día establecerse en Extremadura junto a su mujer Andrea, hija de padre inglés y madre española, para crear vinos de calidad. Anders creció al vino en Burdeos, a donde su padre se había trasladado para emprender nuevos proyectos vinícolas. En un momento determinado, el pequeño de la saga familiar decidió adquirir experiencia en solitario y para ello se trasladó unos años a Chile y a la Patagonia argentina donde dio sus primeros pasos en la elaboración de vinos. Una vez conseguida esta experiencia, el matrimonio Anders-Andrea, fraguado en Madrid, se establece durante un tiempo en la Toscana, y en 2006 decide echar raíces en el corazón de la preciosa comarca cacereña de Las Villuercas. Allí continúan, y allí es donde Anders Vinding-Diers ha creado el maravilloso vino que hoy es protagonista de este post.Mirabel 2010

Este espectacular tinto se nutre de las uvas de dos viñedos distintos, cada uno situado en una de las dos provincias extremeñas. La viña de Tempranillo tiene más de treinta años y está plantada en la zona de Almendralejo (Badajoz) a unos 240 metros de altura sobre un terreno arcilloso y pedregoso; la de Cabernet Sauvignon tiene más de diez años y se encuentra en una zona de piedras en las inmediaciones de Plasencia (Cáceres) a una altura de unos 450 metros.

Mirabel 2010, un frenesí de frutas y matices licorosos. 

Para empezar con la cata de este sensual tinto hay que decir que posee un color profundamente granate y opaco, de capa alta.

Notamos que al servirlo la nariz se llena de una carga alcohólica que se va pasando a medida que transcurre el tiempo para no regresar jamás. Al ir abriéndose en la copa comienza a percibirse un arrebatador perfume a licor café, al estilo gallego, que se mezcla con profundas notas de frutas rojas maduras y, de manera más tenue, aparecen matices a hoja de tabaco, laurel y regaliz. Todos los aromas están muy bien integrados y plenos de frescor y «jugosidad».

Al beberlo es contundente, potente, con taninos muy presentes y una buena acidez. Es un paso punzante por boca, larguísimo, que se va transformando en toda una sinfonía de sabores que van desde las frutas rojas maduras, compotadas, a un nuevo encuentro con los recuerdos del licor café. Este vino es toda una coctelera de sabores: a cada momento va variando de la fruta al licor y del licor a la fruta debido a un magistral uso de la madera en su elaboración.

Su final es todo un éxtasis. Sentimos un escalofrío al tragar debido a su astringencia casi eléctrica combinado con una suntuosidad golosa que provocan más de un gemido de placer. Que nadie crea que estamos hablando de un vino brusco o desequilibrado; todo lo contrario, hablamos de un vino redondo que va ganando matices a medida que se va degustando y que nos incita a abrir una nueva botella de inmediato. Como diría el clásico, es un vinazo.

Proponemos maridarlo con guisos de caza de pluma con chocolate, así como con potajes contundentes, callos a la madrileña, o suculentas carnes rojas.

Si tenéis ocasión, probadlo. Es un vino para compartir durante una comida o una cena especial. Aunque algunas personas puedan pensar que se trata de un vino caro nosotros no lo creemos porque siendo tan largo y sabroso hace que la experiencia de su degustación sea tan intensa que al final el precio se abarata. No dudéis en contarnos cómo os ha ido con este tesoro extremeño de Bodega de Mirabel, que tuvimos el privilegio de catar junto a los amigos de Barcelonavinos.

Salud y buenos vinos, amigos.

Cortijo Los Aguilares Rosado 2012. Un rondeño pleno de matices

Coupage de uvas Tempranillo y Petit Verdot. Fermentado a muy baja temperatura. Realizó la maloláctica en depósito. 

Esta semana hemos pensado que como en muchos lugares de España aún está haciendo un relativo buen tiempo (al menos no hace frío) apetece tomarse un buen vino rosado para acompañar un aperitivo o sentarse a la mesa para degustar una buena comida o cena. Pues nada mejor para «refrescar» esos momentos que lanzarse a degüello a por este singular vino de una Denominación de Origen que debuta en el blog y que está creciendo en cantidad y en calidad en los últimos años. Se trata de la D.O. Sierras de Málaga.

Pequeña semblanza histórica de los vinos de Málaga.

En esta preciosa zona geográfica de nuestro variado y rico país (al menos en cultura, biodiversidad, naturaleza y buenas gentes) se viene elaborando vino desde la época en la que los fenicios llegaron a la costa malagueña, allá por el siglo VIII a.C. Posteriormente, griegos y romanos aportaron a los lugareños su sapiencia a la hora de cultivar la vid y de crear vinos. Tanto fue el empeño puesto por los antiguos malagueños, que en el primer cuarto del siglo XIII consiguieron que su vino fuera considerado el «Cardenal de los vinos» al vencer en la conocida como «Batalla de los Vinos» a lo más granado de los caldos franceses y europeos en un concurso auspiciado por el rey de Francia, Felipe Augusto. Puede que este fuera el comienzo del «enamoramiento» que por todo lo español tienen nuestros queridos vecinos del norte.

Pero no solo en Francia triunfaron estos vinos. A finales del siglo XVIII se convirtieron en los preferidos de la emperatriz de todas las Rusias, Catalina II, que como buena alemana debía darle buen ritmo al descorche de botellas de vino en palacio.

¿Y cómo es él? 

Empezaremos diciendo que es un vino bonito. Su color, entre el rosáceo y el anaranjado, invita a su degustación.Los Aguilares 2012 Rosado

En la nariz vamos a sentir la preponderancia de las frutas rojas, tales como fresas y frutos del bosque, pero también vamos a percibir notas de sandía y de melón, así como de bollería y de frutos con hueso.

En la boca nos recuerda a los caramelos de nata y fresa de nuestra niñez, aunque principalmente sentimos la fresa ácida y un pronunciado matiz salino y cítrico. Todo lo que la fase olfativa anunciaba, un vino cargado de fruta, se transforma en la fase gustativa en astringencia cítrica y sequedad con bastante presencia alcohólica, pero todos los aspectos muy bien integrados y equilibrados gracias a su frescura y acidez. Es largo y sabroso; un rosado con clase.

A la hora de combinarlo con algún plato, recomendamos, como no podía ser de otra manera, degustarlo junto a una buena fritura de pescado al estilo del sur de Andalucía (nos encantan las que se realizan en tierras malagueñas y gaditanas).

Solamente hay una cosa que no nos llena de este vino: su etiqueta. La de la anterior añada nos gustaba mucho más. Podéis entender lo bueno que está este vino si el máximo problema que le vemos es su etiqueta.

La bodega Cortijo de los Aguilares aún no ha cumplido ni quince años de vida y ya es una de las punteras de esta Denominación de Origen. Se localiza en el término municipal de Ronda y tiene como bandera la viticultura sin herbicidas ni pesticidas y el buen trabajo de su enóloga, Bibiana García, a la que felicitamos por ser la principal responsable del «tesoro rojo» que hoy os hemos presentado y que aunque resulte paradójico no descubrimos en nuestro deambular por las cercanías de las sierras de Málaga, sino un día en el que un tendero malagueño nos los recomendó por casualidad en Barcelona. Aunque ya sabéis que las casualidades no existen.

Salud y buenos vinos, amigos.

Viña Almate 2012. Frutas del bosque en estado líquido

100% Tempranillo. Tinto Roble con una crianza de 2 a 4 meses en barricas de roble francés azuelado* sin tostar. Viticultura totalmente biodinDSC_0145ámica.

Que alegría estar de nuevo por aquí para recomendaros un vino muy adecuado para estos tiempos en los que nos movemos: óptimo para el tiempo climatológico, puesto que se puede enfriar por debajo de los 15º C sin miedo a cargárnoslo, como para el tiempo económico que estamos sufriendo, porque es un vino con un precio muy correcto, rondando los 7 €.

Descorchemos una botella y catémosla. 

Los componentes del blog innovamos sobremanera a la hora de efectuar la cata de este vino. La realizamos a través de conexión telefónica entre Barcelona y Madrid y fue bastante divertido. Esto es lo que de allí salió. Si algo no es de vuestro agrado las quejas a Graham Bell.

Observamos que al servir el vino en la copa el color es granate con aproximación al tono cereza picota con un marcado borde de color violáceo que se extiende hasta el púrpura.

Fase olfativa: a copa parada predominan los aromas a frutas rojas con algún matiz a frutas negras. Se perciben notas licorosas, golosas y herbales. A copa movida sale a relucir una gran combinación de frutos del bosque y guindas en licor. Es balsámico y herbal y se adivinan toques a toffe. Al final descubrimos matices lácticos y leves notas a pimienta negra fresca. Al olerlo despeja la nariz, como los famosos caramelos.

En la boca sentimos la especificidad frutal que aporta la uva tempranillo con poco tiempo de crianza. Al principio acusamos una acidez y una carga alcohólica muy marcada, y eso que habíamos dejado la botella abierta más de dos horas para que el vino se oxigenara convenientemente. Al probarlo notamos una ligera sensación carbónica. Tiene un paso largo con taninos muy presentes. El final es picante y áspero. Llegados a este punto de la cata pensábamos que el vino tenía una acidez desmesurada pero «hete» aquí que a medida que nos servíamos ésta comenzó a desaparecer. El vino se convirtió en seda, dulzura y frescor, y no hubo forma de parar de beber hasta que la botella quedó presta para el reciclaje. Por tanto, Achtung!, no saquemos conclusiones precipitadas. Hay que darle tiempo para que se exprese como realmente es. Es lo que tienen los vinos orgánicos, que son un poco bipolares. Es un vino vivo, que aunque sea increíble de creer, os prometo que nos llegó a hablar.

Viña Almate 2012Recomendamos acompañar al Viña Almate 2012 con cualquier carne a la plancha o a la piedra, tapa ibérica, queso de oveja, o productos de barbacoa. Tampoco le tiene que ir nada mal a un arrocito sin marisco ni pescado. Hemos concluido que si se degusta sin carne es más ácido y comiendo con él se aprecia la fruta roja con toque licoroso.

Este vino para todos los públicos se lo debemos al enólogo y viticultor Alfredo Maestro Tejedor (Almate proviene de las dos primeras letras de su nombre y apellidos). Éste comenzó plantando viñas en su tierra natal, Peñafiel, hace unos quince años. Hasta hoy sigue en solitario al mando de su bodega homónima en la localidad vallisoletana donde elabora vinos absolutamente biodinámicos desde el principio hasta el fin. La gama suma ya doce vinos que no sólo provienen de esta zona sino también de Ávila y Madrid. Nos gustan todos los que probamos hasta el momento menos La Cosa-The Thing 2012, su vino dulce.

Esperamos que podáis disfrutar de este vino en estos días calurosos en alguna reunión sin pretensiones con los amigos o con la familia, que ahí ya no nos metemos.

Salud y buenos vinos, amigos.

* Azuelado: técnica de regeneración de barricas.

El Buscador 2010. Un soplo de aire fresco en la Rioja alavesa

Coupage de Tempranillo y una pequeña proporción de Garnachas centenarias. Crianza de 12 meses en barricas de roble francés con tres y cuatro usos. 

Llevamos varios días peinando el mercado «vinícola» de nuestro país para hacer acopio de vinos que en un futuro próximo puedan ir apareciendo por este espacio en el que cada día nos congregamos más seguidores del maravilloso mundo de uno de los mayores placeres que puede experimentar un ser humano, tomarse unos vinos solo o en compañía de otros (somos partidarios de la idea de compartir la experiencia con personas queridas porque es más divertido y aleccionador). Y en esta incansable y agotadora búsqueda a la que nos sometéis para que os acerquemos vinos originales y, sobre todo, ricos y a buen precio, hemos encontrado uno que nos ha llamado poderosamente la atención, como decía el clásico. Se trata de El Buscador 2010, que aúna a la perfección la tipicidad que le aportan el terruño y el clima de la zona a las uvas, con un toque diferente a lo que siempre se ha venido haciendo, y muy bien, en la Rioja alavesa.

Catemos con mimo este singular vino.

Servimos una copa de forma lenta para apreciar como rompe el vino contra el cristal formando una espumita que al desaparecer nos deja un color brillante con bastante intensidad; es rojo granate cereza picota con ribete rosáceo-violáceo que denota que a pesar de la crianza ha mantenido toda su frescura juvenil.

A copa parada apreciamos una gran intensidad de fruta negra y matices lácteos. Al airearla se muestran a lo bestia esas frutas negras maduras que evolucionan hacia las guindas en licor. Además aparecen aromas muy distintos pero muy bien integrados como el regaliz, el chocolate amargo, la pimienta negra o el cacao.

En la boca es frutal, amplio, generoso, sedoso, aunque no exento de acidez y de tanicidad, fresco a la vez que intenso y goloso; lo tiene todo, es una amalgama de sensaciones que a nadie dejará indiferente. Aparecen los matices dulces y amargos que aporta la madera noble donde ha reposado. En esta fase podemos apreciar los recuerdos a vainilla, a torrefactos y a chocolate amargo.

Es un vino equilibrado con una acidez marcada pero siempre agradable porque ésta aporta frescor y seduce a la lengua.El Buscador 2010

A la hora de acompañarlo es un vino que sirve tanto para tapas y raciones, como por ejemplo quesos suaves y de media curación, como platos de carnes rojas y blancas (guiño a los seguidores colchoneros), así como a guisos de ave.

En este punto os hacemos llegar la recomendación de sus creadores que piden que este vino se consuma a una temperatura que oscile entre los 14º y los 16º, pudiendo, incluso, servirse a menos grados en lugares donde haga bastante calor.

Felicitamos a los miembros de Bodegas Finca de la Rica, ubicadas en la preciosa localidad alavesa de Labastida, por este excelente vino y en especial a los hermanos Amurrio por la gran labor que están desarrollando para mejorar las 31 hectáreas de viñedos con los que cuenta la bodega y de la que salen los tres vinos que comercializan en la actualidad, El Guía, El Buscador y El Nómada. En este privilegiado paraje situado a 585 metros de altura, bañado por los vientos del norte procedentes de la cercana Sierra de Toroño, y del sur provenientes del Ebro, se están haciendo las cosas muy bien.

Amigos, no dudéis en haceros con alguna botella de este magnífico vino. Y si queréis guardaros alguna, nos hemos informado en la sensacional página web de la bodega de que el vino aún puede afinarse más y que estará muy bueno de aquí a un par de años. Mientras tanto, podéis hacer tiempo resolviendo la sopa de letras que trae cada botella en la etiqueta.

Salud y buenos vinos, amig@s.

Beautiful Things 2008. La «cosa más bella» de Bodegas Paco García

90% Tempranillo y 10% Graciano. 16 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés.

Nuestra relación con esta bodega comenzó de una manera curiosa, a través de un concurso en Facebook. La otra mitad del blog decidió contestar de una manera divertida a la pregunta que se solicitaba en la página web de la bodega. Al gustarles la contestación dada, obtuvimos como premio una colorista y divertida caja con seis botellas de los tres vinos tintos que se elaboran en esta bodega riojana; dos botellas de cada una de las tres marcas. Como hay confianza, os diremos que no albergábamos mEstucheuchas esperanzas de que los vinos fueran de nuestro agrado, ya sabéis, eso de que te manden algo gratis siempre da qué pensar. Pero todas esas dudas se esfumaron como por arte de magia el día que decidimos realizar una cata con los tres caldos. Obviamente, hicimos la cata en orden ascendente, es decir, desde el vino más joven al más maduro, del más barato al más caro. Por una vez y sin que sirva de precedente nos deleitó el vino de autor de la bodega, y del que hoy os vamos a hablar, el Beautiful Things 2008; nos gustó mucho el Crianza; y nos pareció correcto el Seis; como sabéis los habituales de este espacio, no somos muy partidarios de los vinos tintos jóvenes o con poca crianza.

Un vino para hacer el amor.

Este es el lema que han escogido los amigos de esta bodega para presentar su preciado vino de autor, el Beautiful Things. Entendemos perfectamente lo que querían decir cuando apostaron por este lema; nosotros empleamos la misma expresión en un antiguo post. Es un vino tan goloso y especial que sólo debería emplearse en grandes momentos acompañados de la persona o personas especiales, que en los gustos de cada cual no nos metemos. Eso sí, el vino está muy bueno pero no hace milagros, algo de vuestra parte tendréis que poner si queréis rematar la velada, ya nos entendéis.Beautiful Things 2008

Vamos al lío. Sólo con coger entre nuestras manos la botella de este grandioso vino apetece abrirla para comprobar qué tiene dentro, aunque cuando la hayamos terminado dará cierta pena haberla acabado (tenemos la suerte de que aún nos queda una botella en casa). Al servirlo en la copa comprobamos que posee un brillante e intenso color rojo picota de capa profundísima. Ese cromatismo nos está retando a su ingesta, pero como somos unos «profesionales» seguiremos los pasos correctos en una cata. Por tanto, nos los llevamos a la nariz y nos quedamos extasiados al oler su intenso y complejo perfume rebosante de frutas negras maduras en compota (nos aparecen recuerdos de la niñez cuando abríamos los tarros de las mermeladas que hacían nuestras abuelas). Tras tantas emociones, llegamos al momento de la verdad, donde un vino se la juega. Y es ahí donde ya sucumbimos definitivamente a los encantos de este vino ejemplar. Éste se torna potente y aterciopelado, pleno de equilibrio entre la fruta y la madera, llegamos a masticarlo de lo carnoso que lo encontramos. A medida que el vino permanece en la boca se va tornando goloso y un punto especiado; al tragarlo nos queda un postgusto muy agradable con notas a caramelo, vainilla, café y chocolate. Con tantos placeres juntos comenzamos a dudar si es necesario terminar haciendo el amor. A nuestro entender, este vino se puede combinar con multitud de comidas aunque con carnes rojas y asados especiados irá de maravilla. Nos atrevemos a recomendarlo con un pato a la naranja para un maridaje original. El postre que toméis después (un día es un día) lo podéis acompañar con la última copa de este vino sin ningún problema.

El único handicap que encontramos a este singular vino es su precio, que ronda los 30 €. Entendemos que es un vino que debe requerir mucho trabajo y esfuerzo, y que la viña en la que están plantadas las vides de las que sale este caldo son de bajo rendimiento y sólo una pequeña parte de la cosecha es apta para elaborarlo, pero eso desincentiva a muchos amantes del vino que aún queriendo probarlo no pueden porque su situación económica no es boyante. Todos nuestros seguidores sabéis que siempre hemos defendido la democratización del vino para que empiece a abandonar el elitismo estúpido que lo dominó durante tanto tiempo y que a ojos de muchas personas aún sigue teniendo. Si queremos que el público se acerque a estas maravillas los bodegueros tendrán que hacer algo a este respecto. Al menos, este vino es una delicia y no duele gastarse ese dinero. Ya sabéis que otros mucho más caros nos han parecido una verdadera birria.

Para todos aquellos que queráis probar un vino de esta bodega y no os podáis permitir el Beautiful Things osPaco Garcia Crianza recomendaríamos abiertamente a su hermano menor, el Crianza de Paco García 2008, pero desafortunadamente (no para la bodega) toda la añada ha sido vendida. A lo mejor, con algo de suerte, aún se puede encontrar alguna botella en las tiendas. Es un gran vino, y su precio muy correcto, alrededor de los 10 €. Es pura fruta, sedoso y equilibrado, y con un final largo y goloso. Ideal para compartir con amigos o familia enrollada en un día alegre compartiendo unos aperitivos o una comida.

Y para los amantes de los tintos jóvenes o con una crianza mínima, esta bodega elabora el Seis, un vino lleno de notas florales y de frutas frescas. Muy ligero. Ideal para ir de tapas con los amigos. Su precio es perfecto para todos los bolsillos, sobre los 6 €.

Para terminar, tenemos que alabar la iniciativa puesta en marcha por Juan Bautista García en la bodega de su familia. Hace unos años se planteó crear vinos modernos en una zona eminentemente conservadora en la manera de elaborar los vinos, como es La Rioja. Su objetivo era acercar a la gente joven al mundo del vino con caldos más golosos y equilibrados, más divertidos, en suma. Creemos que lo ha conseguido. El éxito de esta bodega es indiscutible. Ha recibido multitud de premios y recomendaciones por todo el mundo, aunque ya sabéis que desde nuestro punto de vista los premios nunca son garantía de que un vino sea mejor por ganarlos. Pero si es una garantía el boca a boca entre los que nos hemos dejado seducir por este precioso universo de los vinos. Sólo entrar en su página web nos da una idea de su apuesta por el I+D+i y por dar una capa de modernidad a un mundo un tanto cerrado y alejado de los tiempos modernos. Esperamos que cunda el ejemplo y pronto hagamos entre todos que el vino llegue a más gente, que ésta sea más exigente y se quite de encima los complejos del tipo «es que yo no entiendo de vinos», desterrando de un plumazo los tópicos que, aunque parezca mentira, aún siguen vigentes en 2013.

Salud y buenos vinos, amigos.