Entrechuelos Chardonnay 2011. El blanco con duende jerezano

100% Chardonnay. Vendimia seleccionada usando gas inerte. Maceración prefermentativa a 8ºC durante 24 horas en depósito inertizado en CO2. Prensado en frío. Fermentado con levaduras seleccionadas a 17ºC durante 16 días.

En esta nueva entrada del blog queremos presentaros uno de los mejores vinos blancos que hemos tenido el placer de probar en los últimos tiempos y a un precio irresistible, rondando los 5 €.

Este maravilloso vino lo degustamos por primera vez en uno de los mejores restaurantes de Jerez de la Frontera, La Posada, gracias a la recomendación que nos hizo su dueño, José María, Pepe para los amigos. Fue tan rotundo en su buena opinión acerca de este caldo que no pudimos resistirnos a acompañar con él unas ensaladas y pescados espectaculares. Y no se equivocaba el restaurador. El vino es sencillamente increíble. En relación calidad-precio es de lo mejor del mercado.

Pepe nos lo sirvió bastante frío y creemos que acertó de pleno. Por mucho que digan algunos entendidos hay vinos blancos a los que les va a la perfección una temperatura baja, sobre todo si uno está en Andalucia a 40ºC y le apetece tomar una copita para acompañar a las buenas viandas de la tierra. Así el vino tarda más en calentarse en la copa y podemos disfrutar de toda su frescura y cualidades. Para nosotros no hay nada más imbebible que un vino blanco o una cerveza calentorros.

Catando el Entrechuelos Chardonnay 2011.

Al servirlo vemos que tiene un intenso y precioso color amarillo pajizo sin irisaciones de ningún tipo. Ese colorido nos incita a su degustación, porque la belleza exterior, no nos engañemos, nos provoca seguir adelante para descubrir si el interior va en consonancia con esa promesa externa. Y vaya que sí. A copa parada olfateamos y descubrimos mucha frescura y una gran cantidad de fruta golosa que se acentúan al airear la copa. Aparecen los toques cítricos, naranja y pomelo, las intensas notas a frutas tropicales, como piña, mango y maracuyá, ciertas notas florales, así como el frescor tan característico del heno recién cortado que aparece en los vinos blancos de esta variedad.

En boca es una delicia. Se acerca a la amplitud. La frescura golosa de la fruta nos llena toda la boca. Es un vino suave pero con mucha presencia, redondo y muy bien equilibrado, con la acidez justa. Por ello lo vemos muy adecuado para acompañar pescados blancos al horno, pastas, arroces, ensaladas, steak tartar, o unas frituras andaluzas y unas tapas en la barra de una buena taberna echando un ratito con los amigos. Entrechuelos 2011

La autoría de este sensacional blanco, así como de los otros seís vinos que se elaboran en las Bodegas Entrechuelos, es de Miguel Domecq y de su equipo de profesionales de esta moderna bodega ubicada en plena campiña jerezana, en unas tierras privilegiadas trabajadas en los últimos años para intentar recuperar la vieja tradición de los vinos tranquilos de Jerez antes de que llegara la moda de los vinos generosos que hizo que se arrancaran muchas vides tradicionales para plantar la uva palomino y saciar la gran demanda existente en toda Europa hace unos tres siglos. A mediados del siglo XVII y principios del XVIII se decía que los vinos tranquilos de Jerez eran los mejores del mundo.

Miguel Domecq pertenece a la famosa familia de bodegueros de origen francés establecida en Jerez hace casi tres siglos. Suponemos que el hecho de que su antigua empresa esté en manos de una multinacional hizo que el bodeguero emprendiera el vuelo en solitario para poder realizar su labor sin injerencias externas. Ha creado una bodega muy moderna en un paraje singular, ideal para la creación de vinos. Lo más bonito del asunto es que las viñas del Cortijo de Torrecera están rematadas por la famosa torre almohade del mismo nombre levantada en el siglo XI, y que se puede ver en la etiqueta del vino. Para los que somos amantes de la historia es otro aliciente más para acudir al lugar y degustar un gran vino recordando nuestro pasado andalusí y nuestra formidable y variada historia.

Brindamos con todos vosotros con la esperanza de que las cosas mejoren. Muchos ánimos para todos. Beber vino de manera moderada puede ayudar a ver la vida de una manera menos cruda. Eso sí, no pidamos milagros, al día siguiente nuestros dirigentes políticos y los poderes fácticos y económicos seguirán ahí. ¿O tal vez no?

Salud y buenos vinos, amigos.

L’Orni 2011, una delicia en botella

Es verano, y durante estas fechas calurosas apetece beber vinos más frescos y ligeros, pero no por ello de menor calidad. Los que nos conocen sabrán que somos unos enamorados de los vinos rosados, de todos menos de los de aguja, o de esas porquerías lambrusccianas que no hacen sino atacar a nuestra cabeza después de su ingesta.  Estos presuntos vinos deben estar hechos por los fabricantes de analgésicos para hacer negocio, porque a la mañana siguiente hay que vaciar el cajón de los medicamentos si uno desea seguir pareciendo un ser humano. No, amigos, nosotros sólo apostamos por la calidad. En España hay mucha, tanto en la confección de tintos como en la de rosados y blancos. Pero hoy no hablaremos de un vino rosado, sino que os presentaremos un gran vino blanco que es perfecto para soportar la canícula sin renunciar al placer de beber un buen caldo. Y no de gallina, precisamente.

L’ Orni 2011 ha sido creado por la enóloga Marta Pedra en su bodega Vins de Pedra, situada en pleno corazón de la Conca de Barberà, en la provincia de Tarragona. Se trata de un Chardonnay monovarietal de color amarillo pálido, aunque vivaz, que presenta aromas a melón y a pera y a ciertas notas de frutas tropicales. Al llevarlo a la boca notamos la presencia de un vino con mucho toque a fruta pero que no cansa, que nos envuelve y nos lleva a un final largo y muy persistente que provoca no poder dejar de beberlo. Como dirían los castizos, «entra solo». Es, por tanto, un vino muy equilibrado, donde la acidez está perfectamente controlada. Muy bien hecho. Felicitamos a su creadora. Porque nos han asegurado cientos de veces que no tiene nada de crianza en barrica, sino pensaríamos que este vino había visitado la madera, puesto que es un vino graso que se llega a masticar.

Seguramente, combina a la perfección con fideuá o guisos de arroz, de ave o de carnes blancas, pero nosotros lo recomendamos con una buena pasta rellena y bañada ligeramente con aceites de esencias o salsas suaves. Perfecto para una comida o cena de fin de semana con personas que merezcan la pena. Para los que no la merecen ya tenemos los lambruscos.

Salud, y que lo disfruten.