Casona Micaela 2013, el cántabro alegre

Coupage de 75% de Albariño y 25% de Riesling. Crianza sobre sus propias lías. Maceración en frío. Control de fermentación a baja temperatura. Estabilización tartárica. Viñedo en espaldera a 400 m de altura.

Nos sentamos ante el folio en blanco, bueno, este recurso queda bien pero en realidad es ante un maldito ordenador portátil, con la idea de haceros partícipes de un feliz descubrimiento realizado en Barcelona y degustado en Madrid. Como podéis ver, en Vino y se Quedó somos muy de hacer país. Se trata de una de esas rarezas que tanto nos gustan, en la que se unen una zona geográfica magnífica, aunque ciertamente no conocida todavía por sus vinos, y una conjunción de uvas que nunca habíamos probado hasta el momento. Si la curiosidad se ha apoderado de vosotros seguidnos en esta aventura.

El Casona Micaela 2013 es un vino blanco con cupaje de Albariño y Riesling, variedades gallega y alemana, que ha hecho las delicias de todos los que lo hemos catado hace algunos días. Nos pareció soberbia, a la vez que exótica, la idea de unir ambas variedades para crear un vino. El resultado es magnífico. Si esto no os ha parecido lo suficientemente exótico, tened en cuenta que el origen de este blanco es el Valle de Villaverde, enclave cántabro inserto en la provincia de Vizcaya, que se encuentra inscrito en una de las dos indicaciones geográficas con las que cuenta Cantabria, Vino de la Tierra Costa de Cantabria. La otra es Vino de la Tierra de Liébana.

Apuntes del Casona Micaela 2013

Como un vino no es sólo contarlo, sino principalmente beberlo, vamos al grano. El resumen sería que ambas variedades aportan al vino frescura, frutosidad, untuosidad y acidez, elementos que lo hacen fácil de beber en cualquier momento.Casona Micaela 2013

Tiene un color amarillo pálido con reflejos verdosos, muy limpio y brillante. Al principio presenta cierto carbónico que desaparece al instante de servirlo en la copa. En nariz es complejo porque tardamos un rato en desentrañar todos los matices que posee. Destacan los aromas a frutas tropicales, a manzana reineta, a pera y a flores blancas muy perfumadas. Es goloso y fresco a la vez.

En la boca es fresco y sedoso. Punzante y largo, con dulzor al principio y salinidad al final. Toque cítrico. Cuenta con una acidez muy presente pero muy bien equilibrada. Posee un retrogusto amable. Es un vino muy agradable y sabroso para beber sin parar, se bebe solo.

Donde todo comienza

Corría el año 2004 cuando cuatro socios comienzan la andadura de la Bodega y Viñedos Casona Micaela bajo la supervisión de uno de ellos, el ingeniero agrónomo y enólogo Carlos Recio Calera, creador del proyecto, con la plantación de vides en las poco más de siete hectáreas que conforman el paraje del Jornillo. Hasta 2008 no sacan al mercado la primera añada de nuestro vino protagonista.

Los cuatro propietarios de esta bodega, el mencionado Carlos Recio, su hermano Eduardo Recio, María Luisa Gonzalez y Mª Carmen Santamarina, han apostado por poner en el mapa el vino blanco cántabro haciendo un esfuerzo de modernización en el propio edificio de la bodega y apostando por el trabajo bien hecho en el campo que redunde en el desarrollo del Valle de Villaverde muy dependiente aún de la ganadería. Como nos gusta reconocer el trabajo de todos los que participan en el proceso de elaboración del vino no queremos olvidarnos de la labor técnica de la enóloga asesora Ana Martín, cuyo trabajo ya vimos en Señorío de Astobiza 2013, el txakoli que engancha.

Nosotros ya nos hemos apuntado un nuevo lugar a tener en cuenta en próximos recorridos vinícolas por nuestra privilegiada piel de toro. Será todo un placer sentarse en pleno campo a degustar este magnífico vino contemplando tan bello paisaje. A este paso hasta Ceuta y Melilla se animarán a hacer vino. Y si no, al tiempo.

Salud y buenos vinos, amigos.

Forlong Blanco 2014, natural y del Puerto de Santa María

Coupage de 85% de Palomino y 15% de Pedro Ximénez de vendimia temprana. Fermentación por separado de ambas variedades a muy baja temperatura. Elaborado de forma artesanal a partir de uvas de cultivo ecológico certificado del pago del Cercado, alias de el Forlón. Botella 643 de una producción limitada a unas 3.800 botellas.

Ya teníamos ganas de volver a traer por aquí un vino blanco que nos sedujera y nos dejara satisfechos de principio a fin. Últimamente nos han aburrido la gran mayoría de blancos que hemos degustado, e incluso nos ha enfadado alguno que otro como habéis podido comprobar los que seguís las cuentas de Vino y se Quedó en las redes sociales. Pero el vino que esta semana os presentamos es una verdadera maravilla que creemos que hará las delicias de todos los que lean estas líneas.

Como sabéis, en este blog nos hemos propuesto desde el principio que sólo hablaríamos de aquellos vinos que nos parecieran dignos de ser conocidos por el personal, siempre, claro está, desde nuestro humilde punto de vista de «probadores» con clara orientación de servicio público. A pesar de la presión de un pequeño reducto de sufridores del mundo del vino que parecen disfrutar con la crítica desaforada, no queremos perder tiempo en hablar de birrias o de vinos endiosados por el hecho de que los hagan personajes que controlan este mundillo que necesita ventilación urgente.

Es cierto que es muy divertido y hasta agradecido para el que escribe llevar a cabo una crítica inmisericorde contra los vinos que no nos gustan, pero aquí preferimos la luminosidad y la apuesta por los que merecen todos los elogios. Y sí amigos, sin llevárnoslo calentito como hacen otros guardianes de la virtud que no han pagado en su vida por una botella de vino. No todos los que editamos un blog somos iguales.

Conozcamos el Forlong Blanco 2014

Podríamos definir este vino, sin temor a equivocarnos, como «de consenso». Hicimos la prueba compartiendo una botella entre cuatro personas con distintos gustos en cuanto al vino blanco y los cuatro quedamos muy contentos. Cuando un vino es bueno y posee verdad gusta a todo aquel que tiene sensibilidad. Por eso pensamos que es la bebida que más nos acerca a la idea de belleza, al igual que hacen el arte o la poesía, por citar solo dos ejemplos.Forlong Blanco 2014

Además de que el Forlong Blanco 2014 es un vino bien diferente, cuenta con un precioso color amarillo pálido con pinceladas de limón en un conjunto muy brillante. En nariz sentimos unos aromas expresivos que nos recuerdan a miel, un perfume de flor de azahar y albaricoque que nos embriaga, y unos toques cremosos que nos confunden pensando en que podía haber algo de madera aunque no sea así.

En boca tiene una entrada amable, su paso es largo, y su acidez marcada pero muy bien integrada. Es un vino con una intensidad grata, amplio y ambivalente porque combina a la perfección las notas frescas con las cálidas. Su final es salino, recordándonos que su patria es la misma que la del fino. Esta salinidad nos invita a seguir bebiendo como si no hubiera un mañana. Entre el final y el retrogusto nos aparecen pinceladas amargas que son una maravilla.

Los autores del vino, Rocío Áspera y Alejandro Narváez, que dieron sus primeros pasos en este mundo en 2009, pueden estar orgullosos del resultado. Al probarlo notamos lo que se debería sentir cuando uno prueba un vino, el terruño y la pasión de hacer las cosas como se deben hacer, interviniendo lo menos posible en el proceso, y dejando expresarse a las uvas, a la tierra y al clima a cada sorbo. Eso, y no otra cosa debería ser el vino, la cultura de un pueblo. Viendo el logro cosechado ya estamos ansiosos de paladear los otros dos vinos que elaboran, un rosado y un tinto, de los que tenemos las mejores referencias. Estos jóvenes de Bodega de Forlong prometen, y mucho.

En Vino y se Quedó creemos que en Andalucía se está haciendo mucho del mejor vino que se puede beber en España en este momento. Estamos enamorados del vino de esa bendita tierra.

Antes de terminar, queremos hacer una mención especial a la original y divertida etiqueta de este vino, que a quien esto escribe le llamó sobremanera la atención entre tantas otras botellas. Queda claro que se puede ser jovial y arriesgado sin perder el gusto. Es necesario que el vino entre por los ojos antes que por la boca. A ver si los bodegueros de este país se dan cuenta de esta máxima y se ponen las pilas de una santa vez. Dejemos las etiquetas aburridas y feas a los amigos franceses, italianos o alemanes. El siglo XXI ya ha llegado, señores.

Ah, una petición a los amigos de Forlong antes del final: hay que acelerar la construcción de la página web de la bodega, que promete mucho, para cerrar a la perfección este círculo virtuoso.

Salud y buenos vinos, amigos.

Baboso Negro 2012 y Marmajuelo 2013, una vuelta a los Orígenes

100% Marmajuelo. Crianza de 7 meses con sus propias lías en barricas de roble francés de 228 litros. Producción de 800 botellas.

100% Baboso Negro. Elaborado con un 30% de raspón. Crianza de 12 meses en barricas de roble francés de 228 litros y guarda de 6 meses en botella. Producción de 1.513 botellas.

Nuestros lectores más fieles recordarán que hace unas semanas ya viajamos virtualmente a las Islas Canarias. Hoy volvemos a dirigir la mirada hacía Tenerife, isla que cuenta en su haber con nada menos que cinco denominaciones de origen. Mientras la mayoría del vino tinerfeño, como el que ya os presentamos aquí, está elaborado con las variedades Listán Blanco y Listán Negro, el resto está compuesto de toda una amalgama de uvas con nombres difíciles de pronunciar que daría para confeccionar una tesis doctoral. Con un poco de investigación seguramente descubriríamos muchas equivalencias en variedades más conocidas.

Al contrario que en la Península, en el Archipiélago Canario nunca arrasó la filoxera, por lo que aún en nuestros días nos encontramos muchas cepas con pie franco, una situación inimitable. Los diferentes microclimas, la influencia del Atlántico, y los suelos compuestos de cenizas y rocas volcánicas nos proporcionan vinos destacables que hasta ahora han sido los grandes desconocidos del mapa de la viniviticultura española. Os invitamos a descubrirlos con nosotros.

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Con la de D.O. Ycoden-Daute-Isora no solo debuta una nueva denominación en Vino y se Quedó. También os queremos hablar de dos variedades un tanto desconocidas y delicadas, la Baboso Negro y la Marmajuelo. La primera, también conocida como Albarín Negro o Bruñal, parece tener su origen en Portugal. La Marmajuelo o Bermejuela, cuyo origen se explica en una mutación de la Bermejuela Rosada, es autóctona de Canarias. Situada en el noreste de Tenerife, la denominación recibe su nombre de los dos reinos de la época guanche, Ycoden y Daute, así como de los dominios de la princesa Isora, que según la leyenda habría dado nombre a la comarca. Ignios Marmajuelo BabosoBajo la dirección de Borja Pérez González nació, hace tan solo tres años, el proyecto Ignios Orígenes, cuando el joven aprovechó la oportunidad de comprar unas viñas de Marmajuelo y Baboso Negro. Siguiendo durante años la tradición familiar hoy en día apuesta por la producción integrada, trabajando con un mínimo de sulfuroso. Los vinos de producción minúscula provienen de su finca La Vizcondesa, unas viñas de aproximadamente quince años de edad asentadas sobre suelos franco arcillosos a unos 450 metros sobre el nivel del mar. Ignios rinde homenaje al paisaje único de Canarias; igneous rocks en inglés significa roca volcánica, y ésta misma ilustra las atractivas etiquetas diseñadas por el hermano de Borja.

El Marmajuelo ilumina la copa con un dorado precioso, es limpio y brillante. En nariz es más bien tímido; al rato percibimos notas frescas, algo de pera y miel de naranja. Gracias al trabajo sobre lías, en boca encontramos un vino muy complejo, mantecoso y muy sabroso, pero sin llegar a cansar el paladar. Destacan notas de níspero, y su final salino deja un amargor amable que contrarresta la carga frutal. Sin duda, es un blanco para tomárselo con calma. Este vino acompañará a la perfección un pescado al horno.

Ignios OrigenesMientras el Marmajuelo nos llamó la atención el Baboso Negro realmente nos llegó a sorprender. Cuando lo servimos apreciamos un color rubí con reflejos de color teja que hace parecer a este vino traslúcido más viejo de lo que es. En nariz es muy expresivo, predominando los balsámicos. Además, notamos recuerdos de clavo y de flores marchitas así como un punto licoroso.

Pero la verdadera sorpresa llega en la boca con una entrada muy viva que nos deja una primera sensación de sal y limón que nos recuerda a un margarita. Esa acidez cítrica nos anestesia la lengua y con cada sorbo nos pide más brebaje. Es un tinto fresco y complejo que revela sensaciones diferentes con cada copa que gozamos. Este maravilloso vino formará una pareja perfecta con platos de todo tipo. Nosotros lo tomamos con un jugoso solomillo de cerdo con miel, mostaza y romero al horno, que le iba como anillo al dedo.

Aunque apetezca mucho una escapada a las Islas Afortunadas no hace falta desplazarnos hasta allí para probar estos dos vinazos. Se pueden pedir en la tienda online de vinos Bodeboca. Costará lo suyo guardar alguna botella, pero seguro que valdrá la pena.

Salud y buenos vinos, amigos. 

Señorío de Astobiza 2013, el txakoli que engancha

Coupage de 70% de Hondarribi Zuri, 15% de Petit Courbu y 15% de Gros Manseng. Permanece en la bodega embotellado durante dos o tres meses antes de comercializarse.

En Vino y se Quedó seguimos intentando cumplir con la promesa de dar a conocer todas y cada una de las denominaciones de origen, vinos de pago y vinos de la tierra con los que afortunadamente contamos en España. Es una ingente tarea puesto que son más de ciento treinta, pero es una labor muy gratificante y, sobre todo, provechosa para el espíritu. Hoy se estrena la D.O. Chacolí de Álava-Arabako Txakolina, la más pequeña de las tres denominaciones txakolineras que tenemos en España. Bienvenida.

Y lo hace con un vino cautivador que nos ha hecho cambiar la opinión negativa que teníamos del txakoli hasta el momento. Esta impresión es seguramente injusta, por haber probado pocos y ser una muestra insuficiente. Nos habíamos dejado engañar por los txakolis malotes que se sirven aún en muchas tabernas vascas. El Señorío de Astobiza 2013 son palabras mayores, y le agradecemos mucho que nos haya sacado de nuestro error. Aún estamos aprendiendo. Nunca se conoce todo, aunque parezca que algunos críticos vinícolas se amamantaron con vino, y de chupete usaron un tapón de corcho.

Y también nos ha dado a conocer nuevas uvas que nos han parecido una maravilla de la delicadeza, ya que aportan mucha frescura y suculentos matices. Aún no habíamos probado, al menos conscientemente, las variedades Petit Courbu y Gros Manseng. Ambas tienen su origen en la zona suroeste de Francia, y más concretamente en la Gascuña. Intentaremos seguir profundizando en su conocimiento.

Diseccionando el Señorío de Astobiza 2013 

Este vino ha surgido de un solo viñedo de diez hectáreas ubicado en la localidad alavesa de Okondo (Oquendo en castellano), que posee un singular microclima que ayuda a la perfecta maduración de las uvas. El viñedo, plantado entre 1996 y 2004, cuenta con orientación sur y se localiza en plena montaña de la zona del Valle de Aiala, a unos doscientos metros de altura y a unos diez kilómetros del mar. Los Montes de Bilbao al norte, y la Sierra Salvada al sur, le protegen de las tormentas. El resultado final es un vino moderno que engancha y apetece en cualquier momento.Señorío de Astobiza

Este txakoli es de color amarillo pálido con reflejos verdosos. Muy limpio y brillante. Se hace la boca agua al contemplarlo en la copa.

Al llevarlo a la nariz lo encontramos muy fresco y frutal, destacando los aromas a frutas blancas, como la pera conferencia y la manzana verde, así como las notas cítricas de pomelo. Se adivinan matices de melocotón.

En la boca se expresan todas las particularidades de las variedades de uva empleadas en su elaboración. La entrada es seca, ácida y punzante, con un final a lima y pomelo. Es mineral y sabroso, y deja la boca limpia y muy fresca. Percibimos una sensación aromática y algo amarga al final. Es largo y persistente, además de muy elegante. Es de esos vinos que invitan a pimplarse la botella sin miramientos.

Es ideal para combinar con todo tipo de pinchos como los que se preparan en el norte de España, pero nosotros lo vemos perfecto para tomar junto a sushi y makis. Obviamente, con pescados y mariscos al natural irá muy bien. Para la época del año en la que nos encontramos es un vino excepcional. Perfecto para tomar a la fresca. Nuestro consejo es tener un par de botellitas preparadas porque sólo con una nos quedaremos cortos.

Una bodega que protege el medio ambiente 

En Vino y se Quedó somos partidarios de que a la vez que las bodegas elaboran buenos vinos se preocupen del cuidado del entorno natural que las rodea. Es indispensable que esto sea así. En Señorío de Astobiza han decidido dejar la mínima huella posible en el medio rural contando con la mejor tecnología. Disponen de depuradora y potabilizadora para minimizar el impacto ambiental. Además, Jon Zubeldia y su equipo cuidan de la vegetación de los alrededores del viñedo para que la fauna autóctona no se vea amenazada.

Afortunadamente, cada vez son más los elaboradores de vino que se dan cuenta de que defensa de la naturaleza debe ser una de las prioridades de los trabajos en el campo. Si el campo está vivo y sano la uva lo estará también y el vino resultante será mejor. Es preferible ganar un poquito menos de dinero al año que dejar de ganarlo para siempre. ¿Tanto cuesta entender esto?

La bodega comenzó a rodar en 2006 y es una de las culpables de que el txakoli haya mejorado tanto en los últimos años. Esperemos que os guste y que nos lo hagáis saber con vuestros comentarios. Nosotros lo descubrimos en la tienda online de vinos Bodeboca.

Salud y buenos vinos, amigos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Saó Blanc 2012, puro arte, pura tierra, pura vida

Coupage de Garnacha Blanca y Macabeo. Fermentado y criado durante 6 meses en barricas nuevas de roble francés de tostado medio. La añada 2012 tuvo una producción de 3.654 botellas.

Hoy os proponemos un viaje a la localidad ilerdense de la Pobla de Cérvoles para descubrir un gran vino blanco que nos ha hecho pasar grandes momentos de conversación animada y exaltación del amor y la amistad. Se trata del Saó Blanc 2012, una interesante unión de Garnacha Blanca y Macabeo que ha gustado mucho a la totalidad de las personas con las que realizamos nuestra divertida cata. Este inspirador vino se elabora en la comarca de Les Garrigues, una tierra montañosa enclavada en la D.O. Costers del Segre que hace frontera con el Montsant y con el Priorat.   

Probamos este vino como solemos hacer siempre para no dejarnos influenciar por factores externos, sin querer conocer detalles de quién lo elabora, ni cual es su filosofía creadora. Es mejor catar un vino con la mínima información posible para ser completamente honestos y enjuiciarlo justamente. Es muy difícil abstraerse del entorno de un vino a la hora de calificarlo. Por eso desde Vino y se Quedó siempre abogaremos por las catas a ciegas como garantía de que los compadreos entre bodegueros, prensa y guías especializadas no impondrá ningún «punto extra» al vino catado.

Viviendo el Saó Blanc 2012

Nos servimos una copa y descubrimos un bonito color amarillo pálido con destellos verdosos. Es un vino muy limpio y brillante con presencia grasa.

En la fase olfativa sentimos una nariz tímida con notas de pastelería (brioche, mantequillas y natas) que denotan su crianza en madera, así como aromas a frutas cítricas y tropicales. Posee un final juvenil lleno de frescura.

En la boca entra de manera suave, dulce, que hace que apetezca seguir bebiendo. Tiene un paso largo cargado de mineralidad. Es un vino embriagador, graso y untuoso. Su final es seco y deja un buen retrogusto. La fruta y la madera están perfectamente integradas y convierten al Saó Blanc 2012 en un vino imprescindible para estas fechas en las que comienzan a apetecer más los vinos frescos pero que contengan matices.

Saó Blanc 2012

Nosotros aconsejamos que combinéis este vino con arroces, pasta, pescados y platos japoneses y thai, aunque seguro que habrá multitud de platos que le vayan igual de bien y que espero que nos hagáis saber cuando los probéis.

Tierra y vida

Una vez que nos encantó este Sao Blanc 2012 nos pusimos a investigar quiénes están detrás del mismo y nos volvimos a dar cuenta de que se cumple una máxima, cuando un vino es especial es porque detrás de él hay un proyecto que también es especial. No falla nunca. Este vino se elabora en la preciosa bodega Mas Blanch i Jové. Al mando de la nave están la joven Sara Jové y sus padres, los tres encantadores, que heredaron el oficio de los abuelos de Sara, agricultores de la zona apasionados de la tierra y del cuidado del entorno natural, y como no, del vino.

La sensibilidad de los que están detrás de un vino es un valor añadido que siempre se nota cuando uno lo bebe. La pasión por el trabajo bien hecho siempre es percibido por las almas sensibles. Y viceversa; tomen nota señores empresarios que malpagan a sus trabajadores y les tratan como a mercancía, al final sus vergonzosos actos se volverán en su contra. El amor por el entorno de la familia Jové hizo que en 2006 levantaran su bodega integrándola en el seno de la montaña recubriendo las paredes de la misma con piedras extraídas del mismo lugar para no perjudicar el paisaje. El resultado es una bodega bonita, funcional y original.

El arte de Guinovart y el vino

Si el exterior de la bodega es todo un homenaje al entorno natural en el que se enclava, qué decir del interior en el que los dos grandes protagonistas son el arte de Josep Guinovart y el vino. El reconocido artista barcelonés, que nos dejó a finales de 2007, era un enamorado de la naturaleza, de la vida y del vino. Ayudó a la familia Jové a diseñar la bodega y nos obsequió a los futuros visitantes de la misma con un gran mural en el que hizo un homenaje a la esencia del vino y que preside la sala de catas.

Esperamos que disfrutéis con este vino como lo hemos hecho nosotros. Bien fresquito y al aire libre es toda una experiencia que nadie debería perderse. Estamos deseosos de probar el resto de los vinos de esta bodega porque intuimos agradables sorpresas. Nos dicen que el tinto Saó Expressiu es fabuloso aunque está a la espera de la cata definitiva por el tribunal de Vino y se Quedó. Os mantendremos informados.

Disfrutad de lo que queda de Semana Santa los que tengáis la suerte de estar de vacaciones. Los que no hemos tenido esa suerte seguiremos intentando levantar el país. El Atlético de Madrid y el Liverpool están marcando el camino. Después de sus hazañas todo es posible.

Salud y buenos vinos, amigos.

Lovamor 2012. ¡Para beberte mejoooooooor!

100% Albillo. Blanco sin crianza. Viñedos de más de cien años plantados en altura. Suelos arcilloso-calizos. Elaboración natural. Producción limitada a 2.000 botellas.

Aquí estamos de nuevo para hablaros de uno de los vinos blancos más originales que se pueden encontrar en el panorama vinícola español y, posiblemente, mundial. El artífice de esta placentera excentricidad es el vitivinicultor de Peñafiel afincado en Brunete, Alfredo Maestro Tejero, de cuya figura ya os hablamos en un post hace algunas semanas. 

Catando un cuento.

Nada más ver la botella de este original vino todo nos remite al cuento de Caperucita Roja, pero al estilo del chiste aquel, un tanto grosero, que terminaba con la frase del Lobo «¡Cómo ha cambiado el cuento!». Vemos a una Caperucita en tacones besando al Lobo Feroz que ya no parece tan feroz por gracia del amor. Sí, amigos, no veamos zoofilia en una escena que es simplemente eso, amor con mayúsculas, o Lovamor como le gusta a Alfredo Maestro, esa interesante mezcla de la misma palabra en inglés y en español. Nos gusta esta etiqueta, nos hace gracia, y nos remite al hemisferio más friki de nuestro cerebro para recordar la mítica canción de La Orquesta Mondragón, «Caperucita Feroz«, en la que Javier Gurruchaga cantaba aquello de «¡Hola mi amor! soy yo tu lobo, quiero tenerte cerca para verte mejor…». Histórica performance.Lovamor 2012

Lo primero que llama la atención del Lovamor 2012 es su color, un dorado tan viejo que más parece el de un zumo de manzana que el de un vino blanco. Ahí es donde comenzamos a notar que se trata de un vino natural. Su color es limpio y tiene una lágrima preciosa e intensa.

Para los menos versados en las lides de la cata el color podría parecerles anunciador de un vino primitivo, agreste, pero nada más lejos de la realidad. En nariz es fresco y embriagador, toda una ambrosía de olores y matices que van desde la manzana al horno y el brioche, al melón y las notas cítricas, florales y minerales. Es increíble que este vino nos haga sentir recuerdos de pastelería si tenemos en cuenta que no ha pasado por barrica. Ahí se nota el gran trabajo que Alfredo Maestro ha hecho con la Albillo centenaria, a la que ha dejado macerar seis días con sus pieles para que se exprese como realmente es.

La sublimación llega cuando ponemos este néctar en la boca y sentimos que el vino es grasiento, largo, profundo, fresco y vibrante, con una acidez para enmarcar. Aparecen notas de melón maduro, muy bien integradas con las notas cítricas, y un ligero amargor. Pero sobre todo, sabe a uva. Esa conjunción hace de él un vino muy vivo y sensual, de esos que no podemos dejar de beber. Nos sentimos como un César degustando medio recostados este vino que nos saca del concepto tradicional de los blancos.

Pensamos que la mejor mezcla para este vino es una buena compañía humana, unos quesos suaves de calidad, así como pasta con aceite de oliva con esencias y, para los más atrevidos, sushi o comida tailandesa no muy picante.

Recomendamos que se sirva a una temperatura de unos 12º C, ya que más frío hemos observado que pierde muchos de sus matices.

El único pero que le ponemos al Lovamor es la cápsula lacrada que hace difícil su apertura; si uno no es demasiado ducho abriendo botellas puede acabar encontrándose con fragmentos de cera en la copa. Como podéis ver, una minucia si lo comparáis con el inmenso placer que experimentaréis al degustar este vinazo made by Master Alfredo. Y a un precio de poco más de 10 €. ¿Qué más se puede pedir?

Salud y buenos vinos, amigos.

Albariñeando con Xurxo Alba

Como anunciamos hace unos días en el último post hoy continuamos relatando nuestro viaje por Galicia y las peripecias «vinícolas» que allí vivimos. En esta segunda parte os invitamos a que nos acompañéis a las inmediaciones de Cambados para visitar al gran Xurxo Alba Padín en su bodega Albamar. Pasen y vean.Xurxo Alba Padín

No teníamos el gusto de conocer personalmente a Xurxo hasta el día en que nos aventuramos por la bodega familiar que dirige en Castrelo, localidad que se encuentra situada en el concello de Cambados, muy cerca de O Grove y frente a la isla de La Toja. Decidimos hacerle una visita, casi una encerrona, porque a Doreen le gusta más visitar bodegas que a un gorrino un charco. Es de la opinión de que detrás de los vinos que tienen alma hay una persona que se la transmite. Y amigos, creo que tiene toda la razón del mundo, los vinos son una prolongación de la personalidad de quienes los crean. Tal vez por eso no tenemos una sección sobre vinos desalmados, aquellos realizados en serie por personas que sólo buscan ganar dinero rápido vendiendo vinos aunque les daría igual si lo que vendieran fuera ropa, televisores o tuercas. Como iba diciendo, la persuasión de Doreen nos condujo directamente desde la playa de La Lanzada a la bodega sin ni siquiera pasar por la casa en la que estábamos alojados. Allí nos encontramos con Xurxo, que nos hizo un «rally» por sus viñedos a bordo de un utilitario japonés de tres puertas cuyo maletero tenía más vinos que muchas tiendas. Allí cupimos Xurxo Alba, los miembros del interesante blog Rumbovino, y los integrantes de Vinoysequedo.com. Cinco personas como sardinas en lata. Los que ocupábamos los asientos delanteros del coche necesitábamos que quienes se sentaban detrás nos acercaran el cinturón de seguridad al no podernos mover en el cubículo. Mientras nos desplazábamos por los bellos viñedos de Albamar a mí me venía constantemente a la cabeza la canción «Que difícil es hacer el amor en un Simca 1000» de Los Inhumanos, no me pregunten por qué.Albariñeando Continuar leyendo «Albariñeando con Xurxo Alba»

Tres días en Viña Mein sintiendo el corazón del Ribeiro

Después de varias semanas sin aparecer por este oasis de paz y tranquilidad que nos protege de las inclemencias vitales que nos están tocando sufrir en los últimos tiempos, aparecemos con el ánimo tocado aunque no derrotados aún. La culpa de la tardanza en publicar este nuevo post se ha debido a que hemos pasado unos días de vacaciones por tierras gallegas, que esperamos poder plasmar convenientemente en este espacio, y a cuestiones personales que están lastrando nuestra actividad. Os pedimos disculpas por haberos tenido un poco abandonados en los últimos tiempos. Intentaremos que no vuelva a ocurrir.

Como decíamos más arriba Vinoysequedo.com ha pasado unos días recorriendo las provincias de Orense y Pontevedra con incursiones en las de La Coruña y Lugo en busca de inspiración y de tranquilidad. Han sido días intensos y ciertamente gratos, con la suerte añadida de contar con un tiempo estupendo que debiera servir para comenzar a acabar con el tópico de que en Galicia casi siempre está lloviendo. Pues bien, en once días de viaje no llovió ni una sola vez y las temperaturas diurnas no bajaron de los 30º C. Solamente perdimos de vista el sol el día que nos acercamos a Santiago de Compostela que nos recibió con un manto gris, que por otra parte es el que casi siempre hemos encontrado en la capital gallega.

La estancia en el Casal que Viña Mein tiene junto a la bodega y que podéis observar en las fotografías que ilustran esteAlojamiento Rural reportaje cerró nuestro viaje por Galicia. Allí buscábamos descanso y refugio después de jornadas hiperactivas llenas de experiencias sensacionales en las que conocimos a entrañables locos del vino que os presentaremos adecuadamente en próximas entregas. A Viña Mein llegamos una tarde soleada y muy calurosa y fuimos recibidos por Serafín, que es la persona que dirige la acción en las viñas con mano precisa y mucho arte. Sera es un tipo afable y hablador que cuida con mimo un viñedo espectacular que tiene «como los chorros del oro». Su padre, Ricardo, al que no tuvimos el placer de conocer pues estaba de vacaciones, es el encargado de la bodega, y su mujer, la simpática e hiperactiva Cristina, es quien dirige la casa rural, que es un pazo en toda regla. Casi toda la familia está empleada en esta bodega. No son los dueños de la misma pero la dotan de un calor y de una normalidad que uno se encuentra allí como en su propia casa.Casa Viñedo Continuar leyendo «Tres días en Viña Mein sintiendo el corazón del Ribeiro»

Carisma 2012. Uno de los vinos más altos de España*

Coupage de uvas Gewürztraminer y Riesling realizado tras la fermentación en depósitos de acero inoxidable. Reposo durante 5 meses en contacto con sus lías antes del embotellado.

Esta semana nos proponemos levantar el ánimo al personal intentando quitar complejos a muchos que estos días nos cansan diciendo continuamente lo bien que hacen todo los alemanes y lo mal que lo hacemos nosotros. Los alemanes hacen muchas cosas bien, pero los españoles también las hacemos muy bien como queda demostrado con el vino que hoy os presentamos. Los creadores del mismo han sido capaces, partiendo de unas uvas de origen alemán (ahora esa zona es francesa, cosas de las malditas guerras), de elaborar un vino que en nuestra opinión mejora los vinos alsacianos.

Este vino ejemplar tiene su origen en un viñedo de cerca de una hectárea de extensión en el que se cultivan al 50% ambas variedades de uvas germánicas situado a unos 1200 metros de altura en plena sierra de Sant Joan, en la localidad de Montanisell, ubicada en la comarca ilerdense del Alt Urgell. Estamos hablando de un viñedo único que está enclavado en la alta montaña pirenaica, siendo uno de los más altos de la Península Ibérica y, por ende, uno de los más altos de Europa.Carisma

Catando este pivot de los vinos.

Al contemplar el vino en la copa apreciamos una intensidad de color muy leve, un tono amarillo muy pálido. Pero que nadie saque conclusiones precipitadas porque estamos ante un caldo con mucho vigor y personalidad.

Metemos la nariz en la copa y descubrimos toda una compleja declaración de intenciones: aparecen notas de frutas blancas mezcladas a la perfección con toda una sinfonía de frutas con hueso, destacando los aromas a melocotón y ciertos recuerdos a lichis. También apreciamos toques a frutas cítricas y notas a azahar.

En la boca sentimos rápidamente una cierta acidez cítrica (pomelo y limón) y mineral, seguida de una sensación de efervescencia, aunque no estamos hablando de un vino con aguja. Esa mineralidad aporta un toque salino que atempera la acidez haciendo que el vino se muestre muy equilibrado. Se trata de un vino con mucha personalidad que llena la boca y apetece masticar. Su complejidad nos lleva a la conclusión de que es un vino fresco aunque no exento de un final largo y muy agradable.

Recomendamos su consumo acompañando desde un foie, a pescados al horno o a la plancha como la lubina, la dorada o el salmón. A nosotros nos encantó el Carisma 2012 con estas sugerencias gastronómicas, aunque a lo mejor también ayudó mucho hacerlo sentados en la terraza contemplando una maravillosa puesta de sol con reflejos de multitud de colores sobre el Tibidabo. Pero si no tenéis esta posibilidad no os preocupéis porque el vino es una pasada tomado en el lugar que sea.

Los bodegueros de Montant i Ssell, cuyo precursor fue Carles Ribes Masana, que plantó la primera viña con estas variedades de uva en su pueblo, han demostrado que se puede hacer un gran vino al estilo alsaciano en España y, sobre todo, que éste puede ser mejor que el realizado en aquellas tierras germánicas. La moraleja es clara aunque puede que un poco oportunista por nuestra parte: podemos hacer, y de hecho hacemos, muchas cosas muy bien; dejemos de hacer lo que hacemos mal y centrémonos en nuestro gran potencial en casi todos los sectores. Sólo así podremos comenzar a salir de este agujero en el que nos han metido los «más listos del lugar» aconsejados por los «más listos» de Alemania.

Salud, y buenos vinos amigos.

* Hemos cambiado el título del artículo al descubrir que hay vinos en España que se cultivan a mayor altura que éste, como, por ejemplo, los que elaboran en Bodegas Barranco Oscuro en las Alpujarras granadinas o en distintas bodegas de las Islas Canarias. Os pedimos disculpas por los perjuicios que os hayamos podido ocasionar.

Entrechuelos Chardonnay 2011. El blanco con duende jerezano

100% Chardonnay. Vendimia seleccionada usando gas inerte. Maceración prefermentativa a 8ºC durante 24 horas en depósito inertizado en CO2. Prensado en frío. Fermentado con levaduras seleccionadas a 17ºC durante 16 días.

En esta nueva entrada del blog queremos presentaros uno de los mejores vinos blancos que hemos tenido el placer de probar en los últimos tiempos y a un precio irresistible, rondando los 5 €.

Este maravilloso vino lo degustamos por primera vez en uno de los mejores restaurantes de Jerez de la Frontera, La Posada, gracias a la recomendación que nos hizo su dueño, José María, Pepe para los amigos. Fue tan rotundo en su buena opinión acerca de este caldo que no pudimos resistirnos a acompañar con él unas ensaladas y pescados espectaculares. Y no se equivocaba el restaurador. El vino es sencillamente increíble. En relación calidad-precio es de lo mejor del mercado.

Pepe nos lo sirvió bastante frío y creemos que acertó de pleno. Por mucho que digan algunos entendidos hay vinos blancos a los que les va a la perfección una temperatura baja, sobre todo si uno está en Andalucia a 40ºC y le apetece tomar una copita para acompañar a las buenas viandas de la tierra. Así el vino tarda más en calentarse en la copa y podemos disfrutar de toda su frescura y cualidades. Para nosotros no hay nada más imbebible que un vino blanco o una cerveza calentorros.

Catando el Entrechuelos Chardonnay 2011.

Al servirlo vemos que tiene un intenso y precioso color amarillo pajizo sin irisaciones de ningún tipo. Ese colorido nos incita a su degustación, porque la belleza exterior, no nos engañemos, nos provoca seguir adelante para descubrir si el interior va en consonancia con esa promesa externa. Y vaya que sí. A copa parada olfateamos y descubrimos mucha frescura y una gran cantidad de fruta golosa que se acentúan al airear la copa. Aparecen los toques cítricos, naranja y pomelo, las intensas notas a frutas tropicales, como piña, mango y maracuyá, ciertas notas florales, así como el frescor tan característico del heno recién cortado que aparece en los vinos blancos de esta variedad.

En boca es una delicia. Se acerca a la amplitud. La frescura golosa de la fruta nos llena toda la boca. Es un vino suave pero con mucha presencia, redondo y muy bien equilibrado, con la acidez justa. Por ello lo vemos muy adecuado para acompañar pescados blancos al horno, pastas, arroces, ensaladas, steak tartar, o unas frituras andaluzas y unas tapas en la barra de una buena taberna echando un ratito con los amigos. Entrechuelos 2011

La autoría de este sensacional blanco, así como de los otros seís vinos que se elaboran en las Bodegas Entrechuelos, es de Miguel Domecq y de su equipo de profesionales de esta moderna bodega ubicada en plena campiña jerezana, en unas tierras privilegiadas trabajadas en los últimos años para intentar recuperar la vieja tradición de los vinos tranquilos de Jerez antes de que llegara la moda de los vinos generosos que hizo que se arrancaran muchas vides tradicionales para plantar la uva palomino y saciar la gran demanda existente en toda Europa hace unos tres siglos. A mediados del siglo XVII y principios del XVIII se decía que los vinos tranquilos de Jerez eran los mejores del mundo.

Miguel Domecq pertenece a la famosa familia de bodegueros de origen francés establecida en Jerez hace casi tres siglos. Suponemos que el hecho de que su antigua empresa esté en manos de una multinacional hizo que el bodeguero emprendiera el vuelo en solitario para poder realizar su labor sin injerencias externas. Ha creado una bodega muy moderna en un paraje singular, ideal para la creación de vinos. Lo más bonito del asunto es que las viñas del Cortijo de Torrecera están rematadas por la famosa torre almohade del mismo nombre levantada en el siglo XI, y que se puede ver en la etiqueta del vino. Para los que somos amantes de la historia es otro aliciente más para acudir al lugar y degustar un gran vino recordando nuestro pasado andalusí y nuestra formidable y variada historia.

Brindamos con todos vosotros con la esperanza de que las cosas mejoren. Muchos ánimos para todos. Beber vino de manera moderada puede ayudar a ver la vida de una manera menos cruda. Eso sí, no pidamos milagros, al día siguiente nuestros dirigentes políticos y los poderes fácticos y económicos seguirán ahí. ¿O tal vez no?

Salud y buenos vinos, amigos.