100% Tinta de Toro. 24 meses de crianza en barricas de roble americano y francés de distintas edades.
Esta semana os traemos hasta aquí un vino descubierto en un local de Madrid hace algunas semanas. Los integrantes del blog tuvimos la inmensa fortuna de tomarnos la última botella que les quedaba en su bodega (tranquilos, que aún se puede encontrar esta añada en las tiendas; y si no es así siempre podremos saborear la añada de 2009 que a juicio de mi compañera de vida y de blog es otra maravilla, y con matices bien distintos). Pensábamos haber tomado tan sólo una copa de esta preciada botella pero al probarlo decidimos improvisar y renegociar con el camarero la adquisición de la botella al descubrir lo rico que estaba el vino.
Este poderoso vino tiene un color rojo picota con bordes granates que le confieren una capa bastante alta, y una lágrima muy espesa, como de conjuntivitis (perdonad lo gráfico de la comparación).
En nariz se despliega ante nosotros toda una sinfonía de matices minerales (cantos rodados) y frutas negras. Comenzamos sintiendo todo el esplendor de las moras y de los arándanos a punto de mermelada, al que le siguen esos puntos tostados que aporta la madera, así como recuerdos golosos a cacao, especiados, matices licorosos y marcas de regaliz. Hacia el final de la fase olfativa aparecen las notas minerales y un punto herbáceas. Todo está muy bien ensamblado y estructurado.
Al llevarlo a la boca notamos una sensación muy agradable a vino con una acidez muy bien trabajada que lo equilibra haciendo su paso por boca muy suave aunque no exento de poderío. Sus taninos son bien reconocibles aunque siempre muy bien llevados de las riendas por su creador, Mariano García, para que no se desbarajusten. Aparecen las frutas negras en compota y las especias conjuntándose a la perfección, junto a ese toque metálico-mineral y balsámico que notábamos en nariz. Su final es largo y agradable. Es de esos vinos que van gustando más a cada copa que vamos bebiendo.
Estamos seguros de que el San Román 2008 es un vino para todos los públicos: gustará por igual a los amantes de los caldos más tradicionales como a la nueva hornada de degustadores de vinos con un corte más moderno, ya que sintetiza ambos universos. Es un vino elegante y repleto de matices que no elude la potencia de la Tinta de Toro con un toque goloso que hará las delicias de cualquiera. No es un vino barato, pero después de haberlo bebido nadie se sentirá engañado. Merece mucho la pena. Es uno de los vinos top de la D.O. Toro.
Ya estamos ansiosos de probar próximamente la añada de 2009 (aunque como dije más arriba la parte sajona del blog ya lo ha hecho con notable aprovechamiento por su parte, según nos refiere). Prometemos ponernos al día con las elaboraciones que lleva a cabo Mariano García en Bodegas y Viñedos Maurodos. Pero eso, seguramente, será motivo de futuros posts.