Tragolargo 2013, su nombre lo dice todo

100% Monastrell de viñas de entre 8 y 20 años de la Finca Casa Balaguer de Villena, Alicante, situadas a más de 700 m. de altura. Vendimia manual. Fermentación sin control de temperatura. 30% de raspón. Sin madera. Vino natural. Sin clarificar ni filtrar.

Sabemos que estas fechas son complicadas en muchos sentidos y sobre todo en el aspecto económico, y de ahí que os presentemos un vino que además de estar muy bueno tiene un precio excepcional que lo hace aún mejor. Por menos de 7 euros podréis haceros con una botella de este tinto joven alicantino elaborado por el famoso vitivinicultor Rafa Bernabé y disfrutar largamente sin remordimientos de conciencia.

El propio nombre del vino, Tragolargo, nos está dando pistas de la facilidad con la que se bebe y el ritmo que se coge rellenando la copa (pedimos moderación, que no hace falta ser Usain Bolt). Pero que nadie se lleve a engaño, este tinto alicantino vale más de lo que cuesta; está lleno de elegancia y matices que te hacen cuestionar constantemente lo que sabes de vinos.

Para empezar, es un Monastrell tan fresco que no se parece a esos vinos de esta variedad que están sobremadurados y el dulzor se apodera de ellos. Aparte de vendimiar las uvas más temprano para evitar esa madurez, se deja parte del raspón para ayudar a que el vino resultante se torne refrescante y vivaz. Incluso nos preguntamos en más de una ocasión durante su degustación si se trataba de esta variedad.

Cata del Tragolargo 2013

El día que probamos este tinto jovial hacía tanto calor en Madrid que se podía hacer una barbacoa sin barbacoa, directamente en el suelo. No eran las condiciones ambientales más favorables para la degustación de un vino tinto, aunque eso se podía compensar con el hecho de que estábamos dentro de un día fruta según los parámetros de la biodinámica, que tanto seguimos desde que nos demostramos a nosotros mismos empíricamente que no es un cuento chino.

Para combatir el efecto sopa en el vino lo enfriamos convenientemente en el refrigerador (en este punto pedimos tranquilidad a los ayatolás del mundo del vino, no os alteréis muchachos) y lo dejamos apto para ser ingerido con gusto.

Tragolargo 2013

El Tragolargo 2013 es un vino de color rojo picota oscuro de capa media y tiene una nariz grandiosa en la que se perciben con nitidez y potencia frutos rojos, flores de monte, regalizespecias sobre un magnífico fondo balsámico.

En boca es muy fresco e intenso sin perder cierta calidez. Aparecen ante nosotros espectaculares sabores a frutas silvestres ácidas y vibrantes unidos a recuerdos florales. Más adelante sentimos que el uso del raspón nos conduce a toques amargos y a una aspereza controlada que nos provocan salivación constante y unas increíbles ganas de beber sine die. Su nombre no puede estar mejor puesto: es un vinazo de trago largo balsámico y electrizante.

Es un vino ideal para beber incluso frío cuando el calor aprieta a conciencia porque sigue estando muy rico. Y va de maravilla acompañando comidas improvisadas a pie de playa o de piscina, así como una cena con comida thai bajo las estrellas. Pero que nadie renuncie a este tinto cuando llegue el frío porque estará genial regando carnes, estofados y legumbres.

Rafa Bernabé, el gurú tinajero de los vinos de Alicante

El vitivinicultor alicantino se ha convertido en los últimos años en una referencia constante para muchos elaboradores de los cuatro puntos cardinales de nuestro país que le tienen como referencia por su forma de hacer vinos naturales y por el empleo de las vasijas de barro para la crianza de algunos de los veinticuatro vinos que posee en el mercado. A los miembros de Vino y se Quedó nos pasa con Bernabé como con Woody Allen, nos gustan mucho algunas de sus creaciones y aborrecemos algunas otras, las menos. Pero lo que nos gusta es en demasía. A este hiperactivo autor cuando algo le sale bien le sale muy bien.

El prolífico elaborador creó hace algunos años la bodega Rafa Bernabé-Viñedos Culturales con la pretensión de poner en el mapa de los vinos de calidad a los creados a partir de uva Monastrell, dotando a éstos de la frescura y acidez que se han echado en falta en la zona durante mucho tiempo. Y todo ello con una observancia casi ritual por el cuidado del medio ambiente y el buen trabajo en el campo que se pueden observar en sus viñedos de Villena y de La Mata, cerca de Torrevieja.

Disfrutad de este gran vino joven lleno de matices y que además no atenta contra el bolsillo. ¿Se puede pedir más?

Salud y buenos vinos, amigos.

Gran Reserva de Fondillón 1987, un vino que hay que probar antes de morir

100% Monastrell. Envejecido durante 21 años en toneles de roble por Salvador Poveda en sus bodegas de Monóvar. Botella nº 33 de las 4.000 que se embotellaron en el año 2008. 

Hoy queremos hablaros de una de esas joyas con la que contamos en España y que como pasa en demasiadas ocasiones es muy poco conocida, incluso entre las personas que se dedican a este mágico mundo del vino. Estamos hablando del fondillón, también conocido como Alicante. Es uno de los cinco únicos vinos en el mundo con nombre propio y el que primero lo consiguió, y ha sido declarado por la Unión Europea como uno de los vinos de lujo europeos. ¿A que no teníais ni idea? Reconocedlo, no pasa nada, a nosotros nos ocurrió lo mismo hasta que un día cayó en nuestras manos esta gloriosa botella y, entonces, vimos el cielo.

Se trata de un vino dulce que se elabora con uvas Monastrell sobremaduradas y que posteriormente se pasifican al sol durante quince días. Después se fermentan con el hollejo entre veinte y treinta días. Al finalizar la fermentación se procede al descube e introducción del vino en toneles de roble de entre 500 y 800 litros. Si es de gran calidad se rellenará el tonel entero, de lo contrario, servirá para ir rellenando los toneles tras las sacas. Aunque pueda parecerlo, el fondillón no sigue en su envejecimiento el sistema de criaderas y soleras propios de los vinos generosos, sino que en el mismo barril se efectúa una saca de aproximadamente un tercio de su capacidad y se rellena con el nuevo vino.

El Gran Reserva de Fondillón 1987 en todo su esplendor

El origen del fondillón está en la Huerta de Alicante, pero éstos desaparecieron en la década de los 70 del siglo pasado. Spain is different my friends. El maldito desarrollismo franquista terminó aplastando los parajes naturales de esta zona que comprendía buena parte de la provincia de Alicante acabando con cualquier atisbo de viña. Por suerte, un grupo de bodegas que se cuentan con los dedos de las dos manos decidieron que este patrimonio no se podía perder y comenzaron su recuperación en el interior de la provincia, en localidades como Monóvar, Pinoso y Sax, en las tierras del Vinalopó. Nuestro protagonista es fiel representante de este tipo de fondillón con menos color que los primigenios y menos rancio y dulce.

Fondillon

Este grandioso vino es además bien bonito: tiene un color yodado con irisaciones rojizo-cobrizas. En nariz domina el dulzor con aromas a pasas y a corteza de naranja, sensaciones muy parecidas a las de un cream. Seguimos olfateando y nos llegan notas de terrón de azúcar quemado, de almendras tostadas y de sal.

En la boca tiene una entrada punzante y dulce a la vez, con mucha presencia de naranja amarga. Es un vino más largo que un día sin pan, y posee un retrogusto increíble de puro yodo. Su final es agrio y aparecen toques de frutillos silvestres.

Y se preguntará el lector perspicaz ¿con qué demonios combino esta maravilla? Pues aparte de poder tomarlo solo como copa, si queremos unirlo a la comida va de cine en dos versiones, la de postre con chocolate puro o flan de huevo, o la de contraste con quesos intensos como La Peral asturiana.

Los entresijos del fondillón y su historia

Es un vino complicado de elaborar y que no reporta beneficios inminentes a los productores y, eso quieras que no, retrae a la hora de dedicarse a él. El clima es fundamental porque se necesita mucho calor que madure las uvas y un sol que caiga a plomo para asolearlas y dejarlas en un estado óptimo de pasificación. Y lo más importante es que esta uva sea Monastrell porque es de la única de la que se puede hacer fondillón, y éste sólo se puede elaborar en la zona de Alicante.

El fondillón es una bebida de los dioses y hace unos cuantos siglos era uno de los vinos preferidos por la nobleza y la realeza europeas, así como por los poetas. Y como hay cosas que nunca cambian, no digamos de los cardenales y obispos que daban buena cuenta del alicantino, como también hacía El Rey Sol, Luis XIV de Francia, que se ponía ciego de bizcochos mojados en fondillón bajo prescripción médica. Llegó a ser un vino con Denominación Real siendo de lo más chic durante el Renacimiento. Estuvo presente en el viaje en barco en el que los navegantes de la Armada Hispánica, el portugués Fernando de Magallanes, y el español, Juan Sebastián Elcano, dieron la vuelta al mundo en barco por primera vez en la Historia.

Y fue refugio de escritores que le hicieron grandes loas en muchas de sus obras y que suponemos que en su vida privada bien degustaban. Es el caso de Shakespeare (como amaba el bardo inglés nuestros vinos dulces y nuestros generosos) que en algunas de sus obras de teatro comenta los beneficios del fondillón, o de novelistas posteriores como Daniel Defoe, Dostoievski o Salgari.

Tras este repaso a una de las maravillas de la que los españoles podemos sentirnos muy orgullosos, dan ganas de tomarse una copita de nuestro protagonista que es el mejor de los fondillones que hemos probado hasta la fecha. El trabajo que están llevando a cabo en las Bodegas Salvador Poveda por la recuperación de este histórico vino es ejemplar, y desde aquí se lo agradecemos profundamente. Probadlo y ya nos diréis. El que lo dijo muy bien dicho fue Azorín que lo definió así:

«vino centenario, su sabor es dulce, sin empalago; por su densidad empaña el cristal; huele a vieja caoba».

Salud y buenos vinos, amigos.