San Esteban Viñas de Monte Edición Especial 2010, un tinto no apto para hiperactivos

Coupage de 80% Cabernet Sauvignon y 20% Mencía. 19 meses de crianza en barricas de roble francés de 225 litros usadas. Tostados medios y bajos. Producción de 5.500 botellas.

El vino que hoy traemos a este cada vez más concurrido rinconcito del vino, recientemente hemos sobrepasado las treinta mil visitas, es un gran vino berciano que por motivos administrativos está adscrito a la denominación de Vino de la Tierra de Castilla y León. Según los propios bodegueros este hecho se debe a que «algún genio trazó el límite de la Denominación de Origen Bierzo a menos de 50 metros de nuestro viñedo de Albares de la Ribera». 

El San Esteban Viñas de Monte 2010 es el resultado del sueño de cuatro amiguetes de la universidad que un día decidieron hacerse con un viñedo en propiedad en la zona de San Esteban de Toral para elaborar vinos de calidad a la vez que mantenían sus trabajos en los ámbitos de la salud y de las leyes. La versión que hoy presentamos de este vino es una edición especial en la que los cuatro amigos asesorados por el enólogo Germán R. Blanco decidieron cambiar el coupage tradicional del vino intercambiando el peso que tenía cada variedad; si lo normal era un 80% de Mencía y un 20% de Cabernet Sauvignon, en esta ocasión hicieron lo contrario porque en 2010 la Cabernet estaba mejor que la Mencía y se adaptaron a lo que les dictaba la naturaleza, premisa que siguen en todo. Suponemos que para frenar la potencia desbocada de la Cabernet incrementaron el tiempo de crianza en barrica a diecinueve meses. Con este «reinvento» han conseguido un vino muy destacado y original, una auténtica edición especial.

Un vino para descubrir sosegadamente

Hemos esperado unos meses para publicar este post para adecuar mejor este vino a un contexto estacional más propicio para su degustación. En Vino y se Quedó pensamos que se trata de un tinto estupendo para la temporada otoño-invierno porque es perfecto para acompañar guisos y asados típicos de la gastronomía castellanoleonesa, como por ejemplo un cocido maragato, un lechazo, o un buen chuletón.Altos de San Esteban Viñas de Monte 2010

El San Esteban Viñas de Monte Edición Especial 2010 es un vino color rojo rubí con ribete teja y de capa media.

Cuenta con una nariz compleja y potencia alcohólica en la que destacan los aromas a pimientos asados, a frutillos rojos, y a pimienta negra, todo envuelto en un agradable panorama balsámico. Sentimos recuerdos de la niñez porque al final aparecen notas de yogur con frutas del bosque. La intervención de la madera es espectacular dotando al vino de matices nobles y seductores. Lo consideramos idóneo para una masterclass de sumiller.

En boca percibimos un paso medio y un tanino sedoso. Sabe a grosellas y a pimienta. Tiene una acidez muy bien integrada que le va a deparar muchos años de vida. Nosotros ya nos hemos guardado una botella para abrir dentro de unos añitos. Por el precio que tiene se puede incluso aumentar la bodega sin cargo de conciencia. Es un vino complejo que va aportando cosas nuevas a cada sorbo y que debe tomarse con mucha calma. Hay que darle tiempo para que se exprese y nos cuente todos sus secretos.

Cada vino cuenta una historia

Como ya dejamos apuntado más arriba, la bodega Altos de San Esteban es el proyecto personal de cuatro amigos que optaron por seguir la idea de uno de ellos, Manolo Marqués, que a través de su padre «Patarita» tenía relación con el mundo del vino ya que éste contaba con un viñedo mítico en la zona como La Mendañona, el cual alquilaron para aprovisionarse de mencías. Además, se hicieron en propiedad con tres hectáreas para cultivar Merlot y Cabernet Sauvignon. Sólo faltaba levantar una bodega y para ello aprovecharon una antigua serrería cerca de Bembibre donde construyeron la misma.

Los dos viñedos con los que cuentan están plantados en altura y eso hace que las uvas maduren más lentamente, lo que provoca que la vendimia sea tardía. Esto aporta al vino una acidez y una frescura muy notables. Llevan a cabo un trabajo poco intervencionista tanto en el campo como en la bodega y eso se nota en el resultado final. Es un vino muy bien hecho y que merece mucho la pena probar.

Gran trabajo de los ya mencionados Manolo Marqués y German R. Blanco, así como de Gregorio Clavero, Pedro García y José Ramón Álvarez-Bairrada, los «tres amigos» que nos faltaban por reseñar. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Salud y buenos vinos, amigos.

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