Dos días mágicos en casa de la familia Muga

Prado EneaLa semana pasada, los miembros de Vino y se Quedó tuvimos la inmensa fortuna de ser invitados a un viaje de prensa para conocer en profundidad Bodegas Muga. Aún no entendemos cómo fuimos convocados a este magnífico y aleccionador viaje a La Rioja, y más concretamente a Haro, cuna de la famosa bodega familiar. Y nos sorprendió porque los cinco medios de comunicación elegidos eran de mucho nivel, como demuestra el hecho de que hubiera compañeros de El País Semanal y de El Correo. Siempre tiene que haber una nota exótica. En este caso nosotros.Viñedo

De vinos y tapas por Logroño

Como los dos intensos días de trabajo visitando viñedos, conociendo la bodega, degustando vinos y comiendo de lujo, caían en lunes y martes, estos intrépidos reporteros decidimos pasar el fin de semana conociendo un poco más La Rioja vinícola con epicentro en Logroño. Descubrimos una ciudad muy agradable para el placer hedonista recorriendo las tabernas de las calles del Laurel, de San Juan y de San Agustín, donde hicimos gala de una gran agilidad para acodarnos en los lugares más privilegiados de las mismas. Que disfrute poder comer «a la tapa» platillos espectaculares regados con vinos singulares abiertos por copas. Ya podían tomar nota la mayoría de propietarios de bares que se obstinan en racanear en los vinos. Desde aquí les impelimos a que procuren tener más variedad por copas, puesto que con las bombas de vacío ya no pierden frescura. Potencien el buen consumo de vino y déjense de monsergas.

Esas horas en Logroño nos sirvieron para descubrir que es común por esos parajes que la carta de vinos por copas tenga al menos 20 referencias. Nuestros dos lugares favoritos para dar rienda suelta al copeo fueron Vinissimo, fantástica cocina, además de buena selección de vinos, y Los Rotos, con una gran carta de vinos. Ambos lugares están situados en la calle San Juan, que a nuestro juicio cuenta con mejores locales que la archiconocida calle del Laurel.

Paisajes vinícolas de ensueño camino a Laguardia

Ya que nos encontrábamos en una región en la que se santifica el vino, no era plan de perdernos una de las vistas más bonitas de viñedos perfectamente integrados en plena naturaleza que se pueden ver en el mundo. Para ello, nos dirigimos a la preciosa y acogedora localidad de Laguardia, capital de la Rioja Alavesa, que por su situación en alto posee varios miradores desde los que se pueden contemplar en todo su esplendor tanto la Sierra de la Demanda como la Sierra de Cantabria, como fondo de interminables viñedos que forman postales muy bellas, y que en otoño son más bucólicas aún.Desde Laguardia

Visitando Bodegas Muga, uno de los templos del vino riojano

Nuestro primer contacto con esta bodega fue casual, como casi todo lo bueno en esta vida. Como sabéis, tenemos la suerte de estar a caballo entre Madrid y Barcelona, y fue precisamente en una cena en la Ciudad Condal donde conocimos a Manuel Muga, uno de los tres hermanos que forman la tercera generación al frente de la bodega cuyo propietario es su tío Isacín Muga Caño. Nos gustó mucho su trato cercano y natural, que ahora hemos descubierto que es marca familiar, y nos prometimos que en algún momento visitaríamos la bodega. Y la pasada semana, gracias a los amigos de Interprofit, hemos podido cumplir esa meta.

La jornada de visita a la bodega comenzó con un paseo en coche por los distintos viñedos que Muga posee en los alrededores de Haro, capital del vino en La Rioja Alta. A cargo de la expedición iba Juan, el más extrovertido de los hermanos Muga, un tipo risueño que no para de bromear a cada momento. Sabe mucho de todo lo que rodea al vino, como toda su familia, pero le gusta trufar esos conocimientos con altas dosis de humor cañero y retador. Un cachondo mental este Juan.Viña día 17 de junio

El viaje en un precioso día soleado por medio de los viñedos y por el pueblo donde nació el fundador de la bodega, Isaac Muga Martínez, Villalba de la Rioja, cuna también de Pedro del Castillo, fundador de la ciudad argentina de Mendoza, nos abrió el apetito, y qué mejor manera de saciarlo que comiendo en pleno viñedo unos choricitos riojanos al sarmiento regados con Muga Rosado 2013 a la sombra del edificio de la primigenia Bodega Muga, ubicada en el precioso paraje de Finca Baltracones. En este privilegiado punto casi se tocan las sierras de la Demanda y de Cantabria, separadas tan sólo por la hendidura que el paso del río Ebro forma en ese preciso lugar.

Como nadie nace aprendido, en este viñedo, y gracias a Juan, descubrimos que los rosales plantados en las esquinas del viñedo sirven de orientación para detectar posibles enfermedades de la vid y no para hacer bonito, como pudiera pensar cualquiera no muy avezado en las tareas del campo, como le ocurre a uno de los dos integrantes de Vino y se Quedó, y no diré cual.

Bodegas Muga Viñedos

El Muga Rosado 2013 nos pareció mejor que el de la añada anterior. Más fresco, más equilibrado y más ágil. Notas a cereza, frutos con hueso y fuerte presencia cítrica. En boca es largo y pleno de matices. Nos sentó muy bien. La noche anterior catamos el Muga Blanco fermentado en barrica 2013 en el restaurante Echaurren en Ezcaray. También nos gustó más que la añada anterior. Lo vimos mejor ensamblado, más fresco, con menos desequilibrios, y con más matices, tanto en aromas como en sabores.

Allí gozamos también del Prado Enea Muga Selección Especial2005 que nos ganó por su finura. Esta gran reserva sigue muy viva y con mucha fruta. Por relación precio-placer recomendamos el Muga Selección Especial, muy redondo y sedoso, con taninos finos y una nariz espléndida.

En el interior de Bodegas Muga

Estas bodegas fueron fundadas en 1932 por el ya mencionado Isaac Muga Martínez y por su mujer Aurora Caño. En la actualidad, Bodegas Muga cuentan con 25.000 metros cuadrados de instalaciones donde se elaboran todos sus vinos. Las variedades tintas que utilizan son Tempranillo, Garnacha, Graciano y Mazuelo. Las blancas son Viura, Garnacha blanca y Malvasía. La bodega posee 220 hectáreas de viñedos propios que le reportan la mitad de la producción de uva. La otra mitad proviene de 94 viticultores riojanos a los que supervisa. En total, la producción es de cerca de dos millones de kilos de uva de la que salen entre un millón y medio y dos millones de botellas al año. Aún así, toda la vendimia se realiza a mano.Bodega interior

Lo primero que sorprende al entrar en el templo de los Muga es la gran cantidad de barricas y de tinos de madera que uno se encuentra. Se podría decir que no se ve acero inoxidable ni en la cubertería. Es la única bodega de España que tiene en plantilla a tres toneleros y un cubero que se encargan de fabricar las cerca de dos mil barricas y doscientos tinos de roble que se usan cada año. En este momento, la bodega almacena cerca de quince mil barricas. Todo el proceso de elaboración del vino se hace en madera. El roble francés se usa en la mitad de las barricas, seguido por el americano con un 40%, y por el centroeuropeo con un 10%. Fue alucinante ver como uno de los toneleros ensambló una barrica en unos minutos ante nuestros atónitos ojos y oler otra recién tostada. Muy recomendable la visita a la tonelería.

Durante el paseo por la bodega pudimos observar atentamente cómo se lleva a cabo la trasiega del vino, que acaba con los precipitados del vino, y la clarificación mediante claras de huevo, que deja el vino muy limpio y brillante. Que nadie tema, las yemas sobrantes no se tiran y servirán para que los reposteros de la zona elaboren dulces. En Muga se recicla absolutamente todo. La sostenibilidad es otra de las señas de identidad de la marca.

Comida en el caserón Prado Enea

Al finalizar la interesante visita por las profundidades de la bodega, la familia Muga, haciendo de nuevo gala de su generosidad, nos invitó a una estupenda comida en la finca original de la bodega, Prado Enea, que da nombre a Muga Prado Enea Reservanuestro vino Muga favorito y que decora algunas de las etiquetas de otros vinos de la compañía. En el salón principal de esta casa familiar de cerca de doscientos años de antigüedad nos relajamos compartiendo mesa y mantel con los compañeros de la prensa, con Juan Muga, y bajo la patriarcal presencia de Isacín Muga, que nos contó multitud de anécdotas divertidas acerca de la evolución de la bodega familiar hasta convertirse en una de las más importantes de España.

El ágape nos recordó a esas comidas familiares en las que uno se encuentra completamente relajado disfrutando de las viandas, (excepcionales todos los platos y aperitivos regados con los diferentes vinos de la bodega pertenecientes a la añada 2010, destacando el impresionante Aro) y de la conversación con los dos integrantes de la familia a los que se fueron sumando más miembros de la misma a lo largo de la extensa comida. Si estas comidas se repiten en el tiempo entendemos la máxima de la familia que dice que «si el peso no alcanza tres cifras no eres un Muga«. El trato cercano y campechano del que hicieron gala Isacín y Juan nos hizo sentir muy a gusto y disfrutar de un cierre colosal a tan inolvidable jornada en casa de la familia Muga.

Prado Enea Salón

Salud, buenos vinos y Muga*, amigos.

*Muga en japonés es un estado que se alcanza cuando uno pierde las limitaciones del ego y se deja fluir.

Las imágenes sin nuestra firma son cortesía de Bodegas Muga

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