Coupage de Garnacha Blanca y Macabeo. Fermentado y criado durante 6 meses en barricas nuevas de roble francés de tostado medio. La añada 2012 tuvo una producción de 3.654 botellas.
Hoy os proponemos un viaje a la localidad ilerdense de la Pobla de Cérvoles para descubrir un gran vino blanco que nos ha hecho pasar grandes momentos de conversación animada y exaltación del amor y la amistad. Se trata del Saó Blanc 2012, una interesante unión de Garnacha Blanca y Macabeo que ha gustado mucho a la totalidad de las personas con las que realizamos nuestra divertida cata. Este inspirador vino se elabora en la comarca de Les Garrigues, una tierra montañosa enclavada en la D.O. Costers del Segre que hace frontera con el Montsant y con el Priorat.
Probamos este vino como solemos hacer siempre para no dejarnos influenciar por factores externos, sin querer conocer detalles de quién lo elabora, ni cual es su filosofía creadora. Es mejor catar un vino con la mínima información posible para ser completamente honestos y enjuiciarlo justamente. Es muy difícil abstraerse del entorno de un vino a la hora de calificarlo. Por eso desde Vino y se Quedó siempre abogaremos por las catas a ciegas como garantía de que los compadreos entre bodegueros, prensa y guías especializadas no impondrá ningún «punto extra» al vino catado.
Viviendo el Saó Blanc 2012
Nos servimos una copa y descubrimos un bonito color amarillo pálido con destellos verdosos. Es un vino muy limpio y brillante con presencia grasa.
En la fase olfativa sentimos una nariz tímida con notas de pastelería (brioche, mantequillas y natas) que denotan su crianza en madera, así como aromas a frutas cítricas y tropicales. Posee un final juvenil lleno de frescura.
En la boca entra de manera suave, dulce, que hace que apetezca seguir bebiendo. Tiene un paso largo cargado de mineralidad. Es un vino embriagador, graso y untuoso. Su final es seco y deja un buen retrogusto. La fruta y la madera están perfectamente integradas y convierten al Saó Blanc 2012 en un vino imprescindible para estas fechas en las que comienzan a apetecer más los vinos frescos pero que contengan matices.
Nosotros aconsejamos que combinéis este vino con arroces, pasta, pescados y platos japoneses y thai, aunque seguro que habrá multitud de platos que le vayan igual de bien y que espero que nos hagáis saber cuando los probéis.
Tierra y vida
Una vez que nos encantó este Sao Blanc 2012 nos pusimos a investigar quiénes están detrás del mismo y nos volvimos a dar cuenta de que se cumple una máxima, cuando un vino es especial es porque detrás de él hay un proyecto que también es especial. No falla nunca. Este vino se elabora en la preciosa bodega Mas Blanch i Jové. Al mando de la nave están la joven Sara Jové y sus padres, los tres encantadores, que heredaron el oficio de los abuelos de Sara, agricultores de la zona apasionados de la tierra y del cuidado del entorno natural, y como no, del vino.
La sensibilidad de los que están detrás de un vino es un valor añadido que siempre se nota cuando uno lo bebe. La pasión por el trabajo bien hecho siempre es percibido por las almas sensibles. Y viceversa; tomen nota señores empresarios que malpagan a sus trabajadores y les tratan como a mercancía, al final sus vergonzosos actos se volverán en su contra. El amor por el entorno de la familia Jové hizo que en 2006 levantaran su bodega integrándola en el seno de la montaña recubriendo las paredes de la misma con piedras extraídas del mismo lugar para no perjudicar el paisaje. El resultado es una bodega bonita, funcional y original.
El arte de Guinovart y el vino
Si el exterior de la bodega es todo un homenaje al entorno natural en el que se enclava, qué decir del interior en el que los dos grandes protagonistas son el arte de Josep Guinovart y el vino. El reconocido artista barcelonés, que nos dejó a finales de 2007, era un enamorado de la naturaleza, de la vida y del vino. Ayudó a la familia Jové a diseñar la bodega y nos obsequió a los futuros visitantes de la misma con un gran mural en el que hizo un homenaje a la esencia del vino y que preside la sala de catas.
Esperamos que disfrutéis con este vino como lo hemos hecho nosotros. Bien fresquito y al aire libre es toda una experiencia que nadie debería perderse. Estamos deseosos de probar el resto de los vinos de esta bodega porque intuimos agradables sorpresas. Nos dicen que el tinto Saó Expressiu es fabuloso aunque está a la espera de la cata definitiva por el tribunal de Vino y se Quedó. Os mantendremos informados.
Disfrutad de lo que queda de Semana Santa los que tengáis la suerte de estar de vacaciones. Los que no hemos tenido esa suerte seguiremos intentando levantar el país. El Atlético de Madrid y el Liverpool están marcando el camino. Después de sus hazañas todo es posible.
Salud y buenos vinos, amigos.