100% Syrah. Vendimia manual. Fermentación alcohólica y maloláctica en tinas de acero inoxidable. Crianza de 6 meses en barricas de roble francés. El envejecimiento termina en la botella con el fin de conjuntar todos los aromas del vino.
Ha tardado en llegar, pero al fin podemos traer hasta este espacio el primer vino de la D.O. Montsant. Y no habrá sido por no haber probado numerosos caldos de la mencionada Denominación de Origen, pero siempre había algún inconveniente para no poder recomendaros ninguno; unas veces era el excesivo precio por vinos que considerábamos sobredimensionados en todos sus aspectos; otras era la excesiva mineralidad que poseían algunos de estos vinos: sabemos que una de las peculiaridades de los caldos de esta zona es su toque mineral y pedregoso, que está muy bien cuando no llega al desequilibrio, pero eso es una cosa, y otra sentir que te meten en la boca un pedrusco y encima te soplan 30 € por tan «grata» experiencia. Eso no pasa con este tinto suave aunque no exento de personalidad, lleno de matices frutosos y golosos que harán las delicias de todos los que busquen un vino divertido y a un precio irresistible para tratarse de un D.O. Montsant porque cuesta algo menos de 7 €.
A catar, a catar, que se acaba el mundo.
Al servir el vino podemos contemplar en todo su esplendor un brillante y límpido color rojo picota que se aproxima al granate.
Al llegar a la segunda etapa de la cata, la conocida mundialmente como fase olfativa, querríamos emular a los legendarios Siniestro Total en su mítica canción «Todo por la napia» puesto que nos embriagan los aromas que desprende este tinto; eso si, después de haberlo tenido abierto durante un buen período de tiempo y haberlo oxigenado en la copa ya que al principio era ciertamente animalesco. Esos aromas confluyen entre las frutas negras y rojas muy maduras (brevas y moras muy dulces), los toques a guindas en aguardiente y a golosinas de regaliz, pasando a los intensos recuerdos de chocolate negro y torrefactos, y terminando en frescas sensaciones florales y mentoladas.
Su entrada en boca es sedosa y cálida, con buen paso, y muy agradable, por tener una acidez bajo control. Predominan las notas de chocolate negro y de frutas maduras en licor. En este momento ya estamos embriagados por su dulzor y «golosura» y queremos no parar de beber este magnético brebaje.
Nuestras recomendaciones para maridar este vino son acompañando un steak tartar sin alcaparras, pollo en salsa, conejo a las finas hierbas o al ajillo, así como arroces y productos de barbacoa.
Es un vino curioso este Mysti 2010 ya que no es usual ver un monovarietal de Syrah en el Montsant y menos que éste sea tan goloso. Esto se debe a que los creadores del vino, Bodega Cava Berdié, han decidido vendimiar las uvas cuando están un poco sobremaduradas para que aporten ese dulzor tan característico.
Animamos a todos los productores del Montsant y del Priorat para que imiten la idea de hacer vinos distintos en la zona y a unos precios más adecuados a la coyuntura económica actual, puesto que es muy difícil encontrar vinos de calidad de estas Denominaciones de Origen a precios ajustados. De esta manera los podrán degustar más personas y abrir mercado. ¡Sí se puede! Y que quede constancia de que no pedimos que lo que se hace bien en estas dos zonas vitivinícolas se deje de hacer, sino que se mejore lo que ahora algunos no están haciendo bien, a nuestro modo de ver, que sea dicho de paso, no es ningún argumento de autoridad.
Salud y buenos vinos, amigos.