Honoro Vera 2010. El honor fue nuestro

Honoro Vera 2010. Garnacha 100%. 4 meses de crianza en barricas. Bodega Ateca.

El artículo de esta semana versa sobre un vino que nos ha dado muchas alegrías en los últimos meses y una gran decepción en los últimos días. Para conocer la razón de este comentario tendréis que leer el post hasta el final. Esto es lo que se llama en el argot «un cebo». Seremos buenos e iremos al grano que sabemos que el tiempo de cada uno de vosotros es oro.

Comencemos con la parte positiva de nuestra particular cata. Se trata de Honoro Vera 2010, primera añada de este espectacular vino, teniendo en cuenta los poco más de 5€ que cuesta la botella. Lo primero que llama la atención es su intenso color rojo picota con derivaciones granates. El vino tiene una lágrima potente que deja la copa impregnada de toques glicerinosos. Cuando nos acercamos la copa a la nariz se nos abre todo un universo sensorial pleno de matices, entre los que destacan intensos aromas a especias de todo tipo, tanto dulces como picantes, toques a frutas del bosque que evolucionan hacia la compota, y sobre todo, unos increíbles aromas a chocolate, vainilla y café que confluyen en una sensación tostada que aporta la madera. Pero el éxtasis al estilo de Santa Teresa llega cuando nos llevamos el vino a la boca y comienza el flipe (perdonadnos la expresión, pero tenemos que comenzar a abrir mercado). Es un vino muy goloso por su intenso sabor a bombón de chocolate relleno de frutas; es a la vez contundente por sus toques especiados, muy equilibrado y aterciopelado, con una acidez controlada, y la cantidad justa de taninos. Nos deja un final largo e intenso que nos prepara para la siguiente embestida a la copa. Es de esos vinos con los que es dificil no pasarse en su consumo, por tanto moderación oriental, que queremos seguir contando con vosotros como lectores del blog. 

Consideramos que combina perfectamente con carnes a la parrilla, estofadas o asadas, así como con quesos de cabra con pimentón, o foie. Y se nos ocurre que no tiene que estar nada mal con un buen cocido madrileño (o el que sea, según vuestra localización geográfica o gustos).

Por desgracia, no podemos decir lo mismo sobre la nueva añada de este vino, la de 2011. El Honoro Vera 2011 de Bodega Ateca, que forma parte del grupo Oro Wines, no se acerca ni por asomo a la espectacularidad de su hermano mayor. Es un vino joven que ha perdido la crianza del anterior y se ha convertido en un caldo vulgar. Por tanto, desde ese momento ha dejado de tener una magnífica relación calidad-precio. Cuando lo servimos, vemos que los antiguos colores rojos intensos se han convertido en colores rojizos con reflejos violáceos que dejan ver a las claras su juventud. En nariz destaca la presencia matizada de frutas rojas maduras, de recuerdos especiados, y de toques balsámicos y minerales. En boca es un vino áspero con una acidez equilibrada y con una presencia notable de taninos que están en el límite de lo que sería molesto. Los toques dulces están presentes, pero en una intensidad notablemente menor que en la añada de 2010. Su final es poco persistente. Por todo ello, lo consideramos apropiado para un aperitivo con quesos y embutidos suaves, o para una barbacoa con carnes ibéricas y salchichas alemanas.

Como podéis ver, esta segunda añada nos ha decepcionado enormemente. Si sus creadores han querido abandonar la barrica para confeccionar un vino joven y ahorrar costes nos parece una decisión arriesgada porque los que estábamos enamorados de la añada de 2010 difícilmente consumiremos la de 2011, ya que por el mismo precio no se nos puede dar menos. Sería bueno que se especificaran estas diferencias en las botellas para no llevar a engaño a los potenciales consumidores. El público que busca tintos jóvenes tiene suficiente variedad en el mercado como para elegir, y no hacía falta perjudicar un buen tinto con crianza que es único en su segmento. Por tanto, desde aquí recomendamos que os hagáis con las últimas botellas que puedan quedar de la añada de 2010 antes de que se agoten y hayamos perdido un vino magnífico para siempre.  Lástima que lo bueno dure tan poco.

Salud.

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