Como sabrán nuestros seguidores más acérrimos, los miembros de este blog hemos pasado un par de semanas en Praga y en Sajonia (región situada al este de Alemania). De ahí la tardanza en publicar esta nueva entrada.
Hemos pasado unos días muy agradables probando la gastronomía local y degustando excelente cervezas a falta de vinos tintos de calidad. Sentimos decepcionaros, pero así ha sido. Fieles a nuestra vocación de servicio os aconsejamos que si viajais a esta zona de Europa no pidais ningún vino tinto checo, francés o italiano que os ofrezcan en las cartas de los distintos restaurantes, porque son lo que un castizo denominaría como «peleones». Si no podeis aguantar sin beber vino, teneis dos opciones, o lo llevais con vosotros desde España, o tendreis que contentaros con los vinos blancos de la región de Moravia que son bastante aceptables.
Pero si os gusta la cerveza estais de enhorabuena. Los integrantes de este blog no somos demasiado partidarios de la cerveza tipo Pilsen, por su punto amargo, y nos hemos decantado claramente por las cervezas negras y tostadas. Este es nuestro particular ranking:
En cuanto a cervezas negras, la que más nos ha gustado ha sido la que sirven en el restaurante Ferdinanda, lugar donde se come bastante bien y a un precio módico. Además elaboran su propia cerveza.
En segundo lugar, recomendamos la que elaboran en la cervecería U Fleků, en la que desde 1499 realizan una cerveza increíble. El inconveniente del lugar es tener que soportar música tradicional tocada en tu oído por músicos que parecen haber salido de una película de Kusturica, y aguantar los cánticos de los clientes, predominantemente rusos, un poco pasados de cervezas y de diversos licores checos. Si uno se mentaliza de lo que se va a encontrar, o ha tenido la suerte-desgracia de ligar con una ciudadan@ rus@, merece la pena una visita a este inmenso templo del lúpulo de la cebada.
En tercer lugar situamos la cerveza negra que elaboran en la cervecería Sv. Norbert, situada en pleno monasterio de Strahov. El emplazamiento es muy agradable y encima la comida está muy rica. Este cronista ateo asistió por sorpresa a una misa en la iglesia del monasterio con música de órgano en directo, y debe reconocer que sintió una gran emoción.
En cuanto a cervezas tostadas el paraíso lo encontramos de nuevo en Sv. Norbert. Allí fabrican la Amber, una cerveza ambarina con un toque dulce que nos recuerda a la miel. Es sencillamente increíble.
Si lo que uno desea es tomar este tipo de cervezas embotelladas, no hay lugar a las dudas, Kozel es la mejor opción para los que gustan de la tradición. Para los más atrevidos, sus cervezas deberían ser la Master 18 y la Staropramen Granat, pero sin olvidarse de la Budweiser tostada, que no está nada mal.
Para los amantes de la cerveza rubia cualquiera de las que se encuentran en la capital checa será de su agrado, aunque a nosotros nos aburrieron pronto.
Si un día os dejais caer por Sajonia, no dejeis de probar una gran cerveza negra, Köstritzer. Es el mejor acompañamiento para una buena bratwurst.
Una mención especial merece el pan que se hace en Praga y en el este de Alemania (aunque parezca increíble, aún le ponen la cantidad suficiente de harina al pan). A cualquier sitio donde uno vaya el pan es muy bueno, pero nuestro preferido es el pan negro hiperesponjoso que sirven en el restaurante Malostranská Beseda enclavado en Malostranské náměstí.
La simpatía, por lo general, no es la virtud que más adorna a los checos. En desagravio suyo diremos que al menos nos ofrecen grandes cervezas, buenos panes y algunos dulces extrordinarios. El mejor pastel de la ciudad, creedme, que he hecho un gran trabajo de campo, se encuentra en la Fantova kavárna enclavada en la Estación Central de Ferrocarriles. En ese mágico lugar te sirven el tradicional pastel de miel o Medovník. Delicioso y muy barato. Sólamente por eso, y por la atmósfera decadente del lugar, esta histórica cafetería, lugar de descanso en tiempos no tan lejanos de los viajeros del Orient Exprés, merece una visita sosegada.
Otra apuesta segura es el Apple Strudel que preparan en la cafetería Slavia y en Sv. Norbert.
Esperamos que estos consejos os puedan servir en una próxima visita a Praga, algo de lo que creemos que no os arrepentireis.
Como veis, no sólo de vino vive el hombre.