12 Volts 2010. Potencia bajo control

Coupage de Merlot, Syrah, Callet, Fogoneu y Cabernet Sauvignon. Crianza de 12 meses en barricas nuevas de roble americano y de segundo año de roble francés.

El vino del que hoy os hablamos lo descubrimos hace unos cuantos días en el nuevo Va de Baco de la calle Prado de Madrid. Es el segundo local que esta empresa abre en la capital. Es un sitio recomendable para descubrir vinos distintos y relajarse en un ambiente sugerente con un servicio amable y solícito, algo que se está echando a perder en muchos locales de las grandes ciudades por la decisión de muchos empresarios del ramo de ahorrarse dinero en sueldos pensando que cualquiera puede ser un buen camarero. Nosotros hemos tachado de la lista los bares, tabernas y restaurantes donde el servicio es deficiente porque en este sector es básico que haya gente profesional que sepa de lo que habla y tenga buenas maneras y educación para que el disfrute de los comensales sea mayor. Empresarios rácanos, ¿ no os dais cuenta de que un mal servicio os puede arruinar el negocio?

Tras un buen rato deliberando decidimos probar este tinto de Mallorca que en su nombre alude a la acumulación de energía que presuntamente tiene el vino. Nos llamó la atención la etiqueta diseñada por el influyente dibujante Gary Baseman, no por que nos gustara especialmente, sino porque descubrimos que bajo la ilustración del artista afincado en Los Angeles se escondía una página del libro de Lenin «El hundimiento de Puerto Arturo», en su versión alemana, en el que se cuenta la crónica de la derrota del Imperio Ruso ante el Imperio Japonés en la batalla de Mukden en 1905. Curioso que aparezca el revolucionario soviético en una etiqueta de vino, aunque en los tiempos que corren es muy posible que vuelvan a la actualidad los textos emancipadores.

Nuestra cata improvisada del 12 Volts.12 Volts 2010

Su color es rojo cereza con ribete violáceo, de buena capa que mancha la copa impregnándola de pigmentos y glicerina.

En la nariz se expresan a las mil maravillas las frutas rojas, los toques balsámicos de monte bajo como el romero, y las notas sutiles a especias como la pimienta.

En boca la entrada es un tanto áspera, potente y bien equilibrada. Nos llenamos de esas frutas rojas que percibimos en la fase olfativa. El final es salino y mineral con bastante sensación alcohólica aunque siempre agradable y proporcionada. Los taninos están muy bien integrados. Los creadores del vino han sabido mezclar muy bien los distintos elementos del vino para que éste no se «fuera de madre» ya que corría el peligro de ser demasiado visceral, pudiendo acarrear desequilibrio y hacerlo aburrido y un tanto desagradable. Pero no, los bodegueros de 4 kilos vinícola han sabido guardar el equilibrio encima del alambre. Bien hecho.

Nos ha gustado este vino mallorquín por su mezcla de potencia, fruta, y ese recuerdo salino que le proporciona a las uvas la cercanía del mar. También por la labor de recuperación de dos uvas autóctonas de la isla como son la Callet, algo más cuantiosa, y la Fogoneu, en grave peligro de extinción. Ya sabéis que en este rincón nos gusta apostar por la originalidad y por aquellos que se arriesgan a la hora de confeccionar sus vinos; claro está, cuando el resultado final es óptimo.

Recomendamos la degustación del 12 Volts combinada con una auténtica sobrasada mallorquina untada en buen pan caliente, junto a una tosta de boletus con queso brie y cebolla caramelizada, o acompañando a unas buenas carnes rojas jugosas y no muy hechas (otro día os tiraremos de las orejas a los que os coméis la carne muy hecha).

Salud y buenos vinos, amigos.